Ignacio Fernández de Mesa (Madrid, 75 años) ha sido reelegido recientemente presidente de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores, cargo que ocupa desde hace 20 años. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, ejerció la abogacía hasta 1988. Abandonó esta profesión para dedicarse plenamente a la agricultura «por razones familiares», aunque llegó a estar colegiado en Jaén, Granada y Córdoba.

-A sus 75 años, ¿cómo se encuentra para seguir presidiendo la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores?

Creo que más que me encuentre yo, los que me tienen que encontrar son mis socios. Y si me han pedido todos que continuara, es que no me deben encontrar muy mal del todo, por eso estoy aquí. Ha sido unánime, no ha habido otro candidato. Uno está satisfecho por tener ese gran apoyo y confío en no defraudar en esta nueva y difícil etapa por la que están pasando tanto la agricultura como la ganadería.

Uno de los objetivos del sector es atraer a las personas jóvenes. ¿Cómo era Asaja cuando entró usted y cómo es ahora?

Es difícil ese cambio generacional porque el campo no es atractivo para la juventud. La mayoría de ellos tienen estudios superiores y el que no los tiene ha encajado en cualquier actividad en cualquier ciudad. El trabajo en la agricultura es sacrificado, es no tener sábados ni domingos muchas veces, madrugones importantes, y en una oficina si llueve es un problema de un paraguas, aquí tenemos que medir el agua que llueve y resguardarnos. Es un trabajo que requiere vocación y esa vocación normalmente viene dada por la familia.

¿Cuáles son los retos de Asaja como organización?

Ahora mismo, la Política Agraria Común, que tiene una orientación, apoyada por Madrid, en el sentido de un desbarajuste aquí en Andalucía, agricultores y ganaderos, en cuanto que se produce una pérdida de fondos. Eso constituye un pulso en Bruselas y en Madrid para que el Ministerio de Agricultura y el ministro (Luis Planas) no olviden Andalucía, siendo él un valenciano naturalizado en Andalucía y que ha sido consejero de Agricultura de la Junta de Andalucía. Creo que tenemos un mal aliado ahí. Otro de los problemas es la irrentabilidad de la agricultura como consecuencia de que los costes suben y los precios bajan. Otro tema es el cambio meteorológico. El arbolado está con la boca abierta queriendo agua y el agua no viene. Tenemos que trabajar en que Córdoba tiene un déficit de 280 hectómetros cúbicos como consecuencia de habérnoslos birlado durante años. Esa cantidad de agua podría dar lugar a poner en riego, con bajo consumo de agua, muchos miles de hectáreas de arbolado o de huerta. Los cítricos este año parece que se va a comportar bien, pero tenemos problemas con países terceros, Turquía, Egipto, Brasil, Sudáfrica. Se importan naranjas en la UE sin las condiciones de igualdad de garantías que tenemos aquí. En la ganadería, el controlar a las especies silvestres que contaminan y están provocando enfermedades en el ganado doméstico. Es muy dependiente del mercado exterior y el ovino tiene unos precios calamitosos, teniendo un producto de una calidad extrema. El vino, de más de 20.000 hectáreas estamos ahora cerca de las 3.000. Hace falta unión del sector, lo hemos intentado el año pasado y es muy difícil integrar cooperativas. El olivar es el cultivo estrella, el tercer grupo de exportación de Córdoba detrás de los bienes de equipo y del cobre. La nueva PAC le va a hacer mucho daño.

¿Usted cree que la PAC perjudicará a Andalucía para repartirlo a otros territorios españoles?

Sin duda. Además, viene una previsión de producirse una tasa plana en el año 2025, que eso quiere decir quedarse con los mocos colgando todos los agricultores y ganaderos de Córdoba. Eso es un disparate. No me explico cómo desde Madrid y personas que han estado en la Junta este tema no lo sopesan. Porque la actividad agraria está aquí, la riqueza, la ganadería. Todo está aquí. El vino de calidad está en Córdoba. Vamos a proteger eso. Es una fuente de riqueza muy importante para muchas familias.

¿También afirma que el Ministerio de Agricultura no está siendo un buen aliado?

Para el campo de Córdoba, no. En absoluto. Es algo que no alcanzo a comprender conociendo como conoce profundamente el sector agrario en Andalucía y en Córdoba, una provincia de la que eres diputado.

¿Echa de menos que, dada la importancia de este sector, existan concejalías de agricultura?

Concejalías, diputados a Cortes, diputados de la UE. Claro que hace falta. Probablemente, a nivel municipal es más fácil encontrar a gente del mundo agrario, pero a nivel nacional y europeo, cero. No pretendo enfadar a nadie, pero es una realidad. No hay nadie con zapatos de campo ni en Bruselas ni en Madrid.