Hasta ocho veces se multiplica el precio que tiene que pagar un consumidor por un kilo de patatas con relación a lo que recibe el agricultor. El kilo de mandarina se paga al agricultor a 0,27 euros, mientras que el consumidor tiene que abonar alrededor de 1,9 euros, es decir, se mulpliplica por siete. La organización agraria COAG viene publicando desde hace más de una década el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) de los alimentos. En términos generales, un consumidor paga hasta 4,8 veces más por un producto agrícola, mientras que en la ganadería abona tres veces más.

Esta gran diferencia del mercado es lo que vienen denunciando los agricultores, que critican que estén recibiendo unos precios muy bajos por sus producciones, mientras que el beneficio se queda en los distintos intermediarios que ponen a la venta los productos. Por ejemplo, por un kilo de aceituna se abona en origen 0,76 euros, mientras que el comprador en una tienda o supermercado tiene que pagar 4,8.