--¿Cuáles son los principales problemas que han observado durante esta crisis?

--Los principales problemas vienen generados por la falta de consumo, en primer lugar, y la incertidumbre después. El cierre de la hostelería ha traído consigo una caída de las ventas sin precedentes a corto plazo, lo que ha minado nuestros ingresos y por lo tanto nuestra capacidad para hacer frente a los pagos comprometidos. Salvado este primer problema con la liquidez inyectada por el sistema financiero con el aval del Gobierno, aparece el siguiente problema, la incertidumbre. Hacer previsiones en esta situación es como hacer un brindis al sol, no hay precedentes y no sabemos lo que va a pasar, esto nos lleva a ser más cautelosos, quizás más de lo necesario.

--¿Qué medidas han adoptado para hacer frente a la crisis sanitaria?

--Las primeras medidas fueron dirigidas a garantizar la seguridad de nuestros trabajadores y clientes, así como mantener a todo el personal en activo, evitando los contagios y restringiendo los accesos a Ibesa. Desde el lunes 16 de marzo reorganizamos la forma de trabajar, estableciendo horarios y turnos para facilitar el distanciamiento, ampliamos el uso obligatorio de EPI’s a las oficinas, ya que en nuestras tareas productivas ya los veníamos utilizando, y reforzamos las medidas de higiene tanto personales como habitacionales, incrementando la profundidad y frecuencia de las limpiezas y desinfecciones.

--¿Qué piden a las administraciones para volver a la nueva normalidad?

--Que cada paso que den, lo hagan con pleno convencimiento, que dejen a un lado la competencia política y no se dejen llevar por lo que haga el vecino, que consoliden cada fase de la desescalada antes de iniciar la siguiente. Es importante empezar el desconfinamiento pero con la confianza de no volver a encerrarnos, lo cual sería desastroso desde el punto de vista anímico y económico.

--¿Por qué hay que consumir productos cordobeses y qué valores destacaría de la agricultura y ganadería cordobesa?

--Una de las cosas que hemos aprendido de esta crisis es cuáles son los sectores más necesarios y estratégicos. El sistema sanitario, la educación, la agroindustria, la distribución y el sistema financiero. Estos sectores deben ser autosuficientes y supereficientes, por ello hay que potenciarlos y protegerlos y la mejor forma de hacerlo es demandando sus productos y servicios para evitar su desaparición.