El centro de enseñanza Secundaria Greguerías de Fernán Núñez es uno de los centros educativos de la provincia que más actuaciones están desarrollando para luchar contra el cambio climático, en el marco del denominado programa Ecoescuela, un programa de ámbito internacional que en Andalucía se desarrolla a través del proyecto Aldea de educación ambiental para la comunidad educativa, de las consejerías de Educación y Agricultura de la Junta, y por el que este instituto desarrolla un programa a lo largo de todo el curso escolar que fomenta la interacción de toda la comunidad educativa con su entorno mediante la participación en múltiples proyectos relacionados con la energía, el agua, los residuos y el entorno natural.

Multitud de proyectos e iniciativas entre las que se encuentran actuaciones que inciden directamente en la lucha contra el cambio climático, como explica el profesor de este centro concertado y coordinador pedagógico de Ecoescuelas, Lorenzo Romero, entre las que pueden citarse la colaboración con las familias para la puesta en marcha de medidas ambientales en el hogar de los estudiantes, la implantación en el centro de la figura del comité ambiental y de los delegados ambientales, el uso de contenedores adecuados, la limpieza de las distintas dependencias tras usarlas, y el fomento del consumo energético sostenible por el que el centro ha cambiado las luminarias antiguas por lámparas Led.

No en vano, y como resalta Lorenzo Romero, «el trabajo realizado por la Ecoescuela Greguerías parte de la fundamentación científica de que estamos ante una emergencia climática y, en consecuencia, todos los actores sociales deben asumir su papel para salvaguardar la vida en el planeta». Protagonismo en el que este centro gestionado por una sociedad cooperativa es líder, como lo evidencia el hecho de que en el pasado curso su plan de actuación como Ecoescuela fue valorado por la Junta con 38 puntos sobre un total de 39 posibles.

Asimismo, y entre otras actuaciones, el centro realiza un uso eficiente del agua, tiene sus propios contenedores para la recogida de materiales reciclables como papel, ropa, envases y pláticos, material escolar y pilas; y utiliza el huerto escolar como sumidero de CO2 (absorbiendo el carbono de la atmósfera) y como instrumento para la adquisición de competencias relacionándolo con las programaciones didácticas.

No en vano, entre su oferta educativa se encuentra el Ciclo Formativo de Grado Medio de Jardinería y Floristería, junto a la ESO, FP Básica y otros ciclos de Grado Medio y Superior. Todo ello sin olvidar las acciones de divulgación en pro del medio ambiente.

Estas actuaciones no sólo se circunscriben al interior del centro o al entorno familiar más cercano de los estudiantes, ya que también se realizan intercambios de experiencias con alumnado de otros centros educativos nacionales e internacionales mediante el programa Erasmus, se intercambian semillas con el centro de Fomento Pecuario de la Diputación de Córdoba, y se producen frutos y semillas en sus instalaciones para favorecer el uso de variedades vegetales locales en su entorno, donde también se recolectan semillas de especies forestales mediterráneas para su aprovechamiento.

El uso de material reciclado en el aula, formación sobre prevención de incendios forestales, mantenimiento de las plantas de interior del centro responsabilizando de ello al propio alumnado y la celebración de distintas efemérides para tener presente la transmisión de valores que favorezcan la vida en el planeta, complementan toda una completa batería de actuaciones de este centro.

En definitiva, y como explica Lorenzo Romero, una verdadera Ecoescuela «en la que se desarrolla un proceso de mejora ambiental que implica asimismo una mejora de la práctica educativa» con el objetivo, entre otros, de mitigar el cambio climático.