El campo cordobés podría contar con una dotación para riego en torno a un 50% inferior a lo normal si se cumplen los peores pronósticos y no recibe suficientes precipitaciones en los próximos meses. El secretario general de la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua), Pedro Parias, ha detallado que la dotación mínima garantizada anunciada en la comisión de desembalse celebrada hace días por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir oscila entre los 3.000 y los 3.200 metros cúbicos por hectárea en el caso del Sistema de Regulación General, que abastece a la mayoría de los regadíos de Córdoba, y esta es «una dotación muy restrictiva, de en torno al 50% de lo normal», valoró. En este sentido, afirmó que «estamos muy preocupados por la situación» y comentó que esta es de alerta en la Regulación General, mientras que la zona de los embalses cordobeses de Bembézar y Retortillo está en prealerta, y cuenta con una dotación mínima garantizada de 4.500 metros cúbicos por hectárea.

Estas decisiones responden a la caída de las precipitaciones, que de acuerdo con la información de la Aemet han dejado en Córdoba 268 litros por metro cuadrado desde el inicio del año agrícola (el pasado 1 de septiembre), un 37% menos de lo habitual. El déficit de lluvia ha motivado que los embalses cordobeses se encuentren al 40% de su capacidad (guardan 1.364 hectómetros cúbicos), once puntos porcentuales por debajo del volumen de agua almacenado hace un año.

LOS EFECTOS / El secretario general de Feragua ha adelantado que, si finalmente los cultivos cordobeses disponen solo de la citada dotación de agua, esto «producirá una erosión importante en la cuenta de resultados y en la generación de empleo y de riqueza en Córdoba».

Consultado por los cultivos que podrían resultar más afectados por esta circunstancia, comentó que todos lo serán, aunque «en mayor medida, los que más consumen», aclaró, citando los cítricos, los frutales, el tomate de industria y el maíz. En mejor situación se encontrarán aquellas producciones que necesitan menos agua, como el olivar y el algodón, un cultivo este último sobre el que precisó que «se adapta mejor que otros a circunstancias de riego deficitario».

De otro lado, Pedro Parias puntualizó que la escasez de agua influirá en la planificación de la actividad en el campo, dado que los agricultores tienen que decidir ahora la siembra de cultivos de primavera en base a los recursos disponibles.

En esta línea, previó que «esta reducción importante de la dotación puede provocar que se dejen de sembrar cultivos que necesitan más agua», mientras que, en su opinión, algunos productores que tengan arboleda podrían tratar de salvarla aplicando estrategias de riego deficitario y otros destinándole todos los recursos si entienden que es lo rentable.

HORTÍCOLAS DE ALTA DEMANDA / Pedro Parias abundó en que «lo habitual es que se dejen de sembrar maíz, tomate o algún hortícola con alta demanda, que no se siembre nada o se siembre girasol, que es la alternativa de menor demanda en cereales de primavera».

Además de la actividad futura, la ausencia de precipitaciones también ha incidido, de acuerdo con lo señalado desde Feragua, en las siembras de cerales de invierno, que han sido superiores porque los agricultores preveían que no habría agua para los de verano, ya que estos cultivos suelen desarrollarse con la lluvia de esta estación.

RIEGO HASTA OCTUBRE / El secretario general de Feragua apuntó, no obstante, que la primera comisión de desembalse contó con una noticia positiva para el sector y es que, después de muchos años solicitando que se prolongara la temporada de riego, en el presente ejercicio el agua desembalsada se estará distribuyendo hasta el 30 de octubre y no solo hasta septiembre.

Pedro Parias hizo hincapié en que esta decisión beneficiará al regadío cordobés, que cuenta con mucha arboleda de olivar y de cítricos y que, en caso de que no llueva en ese mes, necesitará el aporte de agua. De este modo, ha recordado que en años anteriores había muchas zonas que no habían consumido sus dotaciones cuando finalizaba la temporada, pero en este «se reservará una cantidad para atender la demanda».

Entre otras ideas, añadió que aquellos agricultores que cuenten con un pozo podrán ponerlo en marcha para tener una dotación complementaria y «el daño será menor», aunque esto represente «costes adicionales».

Asimismo, apuntó que Feragua ha solicitado a las administraciones públicas que impulsen las medidas de aumento de regulación contempladas en el plan hidrológico y dediquen recursos para acometer las obras de los nuevos embalses de la Cerrada de la puerta (Jaén) y de San Calixto (Córdoba), así como el recrecimiento del Agrio (Sevilla). A su juicio, apostar por estas infraestructuras es «la mejor medida para combatir los efectos del cambio climático», ya que, además de otros beneficios, los embalses pueden reducir los perjuicios de la avenidas y almacenar recursos hídricos.