El cernícalo primilla ha perdido casi un 40% de su población. El declive viene motivado por dos cuestiones: la práctica de una agricultura más agresiva que la de hace treinta años y la perdida de lugares de nidificación en edificios monumentales. La simplificación del paisaje, la intensificación y el excesivo uso de productos fitosanitarios afectan a su dieta alimenticia. Es el momento de parar la tendencia negativa y revertir la situación con la nueva Política Agraria Comunitaria, con una agricultura más sostenible y que favorezca a la biodiversidad.

El primilla es un pequeño halcón colonial migrador que se reproduce en Eurasia y norte de África y que llega hasta Mongolia y China. El área de invernada se localiza en el África subsahariana. Su base alimenticia primordial son los ortópteros, sus cazaderos se localizan en campos abiertos. Puede decirse que es un recién adaptado a las ciudades en su historia evolutiva. Negro, Prenda, Ferrero, Rodríguez y Reig-Ferrer acaban de publicar una extensa recopilación de datos sobre el proceso de ocupación urbana de esta especie. Señalan que está bien representada en el registro fósil de cuevas desde el Paleolítico temprano y que la construcción de las ciudades por parte del hombre y la agricultura cerealista en torno a ellas favoreció su ocupación. Sus primeras citas escritas datan del tiempo de los romanos. En la actualidad el 95% de las colonias se ubican en edificios, la mayoría en pueblos y ciudades o edificaciones aisladas y el resto en afloramientos rocosos, sustrato original de nidificación.

La técnica de construcción del tapial de los árabes dejó los agujeros (agujales) de la implantación de las estructuras para su levantamiento. Al cambiar posteriormente la técnica de construcción con los andamios, los agujeros de fijación de estos (mechinales) ofrecieron otra oportunidad para la reproducción. Estas oquedades son las que utilizan para nidificar. En la actualidad la mayoría de las colonias se ubican en monumentos construidos entre los siglos XV y XVIII, donde se han podido datar colonias que existen desde hace 300-600 años.

También se han adaptado a nidificar en oquedades bajo teja y nidos artificiales. La experiencia de rehabilitaciones ha venido a demostrar que esta especie tiene cierta filopatría hacia el sustrato de nacimiento, criar en los lugares donde nació (bajo teja o agujales-mechinales).

La población de cernícalo primilla ha sido ampliamente seguida en los últimos treinta años. El primer censo nacional data de 1989 y se estimó en 6.000 parejas, cifra que siempre se ha considerado subestimada. Ya se constató la desaparición de colonias muy conocidas. En Andalucía los censos se realizan cada dos años desde el año 2003 y se tiene una estima de la población. Algunas colonias llevan monitorizándose desde hace 46 años cuando Franco y Andrada analizaron su dieta alimenticia y posteriormente Juan José Negro, de la Estación Biológica de Doñana, ha seguido con su seguimiento.

El último censo coordinado fue realizado entre los años 2016/18 y fue coordinado por la SEO. Arrojó una estimación de 10.090 parejas reproductoras repartidas en 2.343 colonias, y mediante análisis de los datos existentes se estimó que en los últimos 20 años se ha perdido la mitad de la población. En Andalucía estaban ocupadas 507 colonias y la población se estimó en 2.525 parejas. Con respecto a las estimas realizadas para el año 2000 (3.879 parejas) el porcentaje de cambio es de -35%.

En la provincia de Córdoba se localizan principalmente en la campiña del valle del Guadalquivir, el Alto Guadiato y Los Pedroches occidentales. Existen 80 colonias que albergan 423 parejas que suponen el 4,2% nacional y casi el 17% andaluz.

Solamente tres colonias se encuentran en espacio protegido, en la ZEPA Alto Guadiato, que albergan 21 parejas. Según la SEO, «respecto al 2012, las provincias de Málaga, Almería y Jaén son las que más han visto reducida su población, con descensos entre el 60% y 70%. Cercanos al 50% le siguen Granada y Huelva, y en torno al 40% Córdoba y Sevilla. Cádiz, con una disminución del 25%, es la provincia que menos ha decrecido».

La administración agrícola, medioambiental y del patrimonio cultural deben corregir sus políticas, contemplar a esta especie y las restauraciones de monumentos tienen que dejar los huecos accesibles para que cese su declive. Se ha propuesto clasificarla como especie «vulnerable» y hay que comenzar a dar pasos antes de que sea tarde.