Los agricultores reciben 0,12 euros por cada kilogramo de cebolla que venden, pero cada consumidor suele pagar una media de 1,3 euros. Un 983% más de lo que recibe el productor. Por un kilo de patatas el agricultor cobra 0,22 euros. El precio de venta al público llega a 1,47 euros. Por un kilo de aceitunas, el productor percibe 1,23 euros. Cuando cualquier persona lo adquiere tiene que abonar 5,06 euros. El precio en origen del aceite de oliva virgen extra se situó en mayo en 1,98 euros, mientras que en destino alcanzó 3,87 euros.

La organización agraria COAG viene publicando cada mes la diferencia que existe entre los precios en origen y en destino de los productos agroganaderos. El último informe refleja que el consumidor paga 4,7 veces más por los productos agrícolas de lo que llega al agricultor, mientras que en la ganadería se multiplica por 4,44. Con el estado de alarma, los precios que tienen que pagar los consumidores por los alimentos y bebidas no alcohólicas no han dejado de crecer, aunque la situación no ha mejorado para los agricultores y ganaderos, que fue considerado un sector esencial pero que no ha podido superar su complicada situación desde antes de la pandemia.

El Instituto Nacional de Estadística (INE) recoge que en España los alimentos y bebidas no alcohólicas han subido desde febrero un 1,5%, siendo el segundo producto, tras el vestido y el calzado, que más creció. En Córdoba, el incremento ha sido mucho mayor. Si en marzo no hubo variación respecto a febrero, en abril se elevó un 1,4% y en mayo, un 0,7%. Respecto al año anterior, los precios de estos productos son un 4,1% más altos. Desde las organizaciones agrarias se advierte una y otra vez que mientras la ley de la cadena alimentaria no se aplique con rigor y se fijen precios mínimos adaptados a los costes de producción, el agricultor seguirá percibiendo por sus productos cotizaciones que en algunas ocasiones están por debajo del umbral de rentabilidad. El ministro de Agricultura, Luis Planas, aseguró la semana pasada que el Gobierno trabajaría para lograr una cadena alimentaria «más justa, más equilibrada y que forme valor en cada uno de sus elementos». Por eso, insistió en que la ley de la cadena alimentaria «no es una opción, es una obligación legal». Planas considera que los costes de producción deben ser la base de la negociación de los contratos escritos en el sector agroalimentario, es decir, los costes de producción deben ser inferiores al precio de venta.

La realidad en Córdoba es que una gran mayoría de los productos agroganaderos se encuentran por debajo del valor que tenían el pasado año, con cotizaciones por debajo de sus costes de producción como el aceite de oliva, que estaba en la semana 24 a 1,98 euros y siete días después en 2,02. Sin embargo, los costes de producción en el 70% del olivar ascienden a 2,6 por kilo. El último informe de precios de la Consejería de Agricultura para Córdoba refleja que lo que más ha caído respecto al año anterior es la cebolla (-67,4%), a lo que hay que unir el aceite de orujo (-19,2%) y la berenjena (-15,7%). Por el contrario, están en positivo el trigo duro (+14,3% respecto al año pasado), el ajo chino (+10,7%), el aceite de girasol refinado (+6,9%) y el trigo blando (2,04%). En la producción ganadera, las gallinas, que han caído un 64% respecto al año anterior, junto a los toros (-61%) y los terneros no cruzados-frisona (-47,6%) es lo que más ha descendido. Además, el porcino ibérico ha bajado más de un 46% en algunas categorías. En el lado contrario está la leche de vaca, que ha mejorado un 11%, los huevos (entre un 14 y un 19%), las ovejas (42,9%) y los corderos (17%).

EL CANAL HORECA / El secretario provincial de UPA, Miguel Cobos, considera que la situación de precios ha sido «mala» en términos generales, deteriorándose durante la crisis sanitaria el cordero, el cabrito y el ibérico al paralizarse el canal Horeca. Cobos destaca que también se han visto afectadas por la caída de precios las cebollas y las patatas, mientras que el aceite de oliva sigue inmerso en una crisis de precios. Mejor se han comportado los cítricos, «que han mejorado bastante y se han vendido bien». «El consumidor está pagando más, pero el productor no lo está notando porque la distribución y la industria se está llevando el beneficio, está funcionando la especulación», aclara. En este sentido, pide que se aplique la ley de la cadena alimentaria.

El secretario general de Asaja Córdoba, Rafael Navas, destaca la preocupación por los precios. «En la ganadería se ha visto que la dependencia del canal Horeca ha sido tremenda, tanto en el ovino como en el vacuno e ibérico, provocando una caída de precios». «Se ha notado mucho el estado de alarma», añade Navas. Por eso, confía en que las medidas que se están aplicando «sean eficaces y permitan mejorar la renta agraria, porque los agricultores y ganaderos son servicios esenciales no solo durante la pandemia», indica. Navas piensa que hay que «repensar» la ley de la cadena alimentaria «para evitar que haya abusos».