-¿Cuáles son los principales problemas que ha observado como empresa durante esta crisis?

-Esta parte del año es para nosotros más flexible en cuanto a producción, pero crucial comercialmente. El contacto con cliente y proveedor se ha tenido que digitalizar en días, cuando hubiese ocurrido paulatinamente en los próximos años. Afortunadamente tenemos un equipo muy joven que se ha adaptado muy rápido. Una legislación más clara y sobre todo mejor planificada hubiese facilitado las negociaciones internas, las previsiones o la adquisición de las medidas de seguridad necesarias.

-¿Qué medidas han adoptado para hacer frente a la crisis sanitaria?

-Al tratarse estos meses de fabricación para entregas, fundamentalmente en el segundo semestre hemos podido detener la fabricación por seguridad y de forma consensuada con el personal desde la declaración del estado de alarma hasta el 14 de abril. La plantilla ha sido consciente de la situación y ha colaborado en todo momento. Hemos vuelto reforzando la limpieza y con los EPIs necesarios a nuestro alcance. Nuestro equipo técnico-administrativo ha seguido trabajando desde casa. Ya teníamos implantados sistemas para colaboración de equipos en remoto y en ese sentido la adaptación ha sido fácil. Desde el primer minuto supimos que era el momento de darlo todo y anticipar cuanto pudiésemos para paliar la parada de la fábrica.

-¿Qué piden a las administraciones para volver a la nueva normalidad?

-Claridad y flexibilidad. Somos conscientes de que esta situación no es fácil para la administración, pero cada empresa, cada sector, es un mundo y es imposible aplicar una normativa diferente cada semana que se adapte a todos. Es necesario simplificar la legislación y volver a la actividad con sensatez pero dejando que cada empresa pueda recuperarse de los daños que haya podido sufrir sin encontrarse ahora con la administración como obstáculo.

-¿Por qué hay que consumir productos cordobeses y qué valores destacaría de la agricultura y ganadería cordobesas?

-Especialmente estos días nos hemos enfrentado a una realidad: el mundo es global mientras pueda serlo. En ese sentido voy a incluir el tejido industrial cordobés al que pertenecemos. Una producción agrícola y ganadera rentable y también una producción industrial cordobesa fuertes son garantía de bienestar y de independencia en crisis como la que vivimos. La responsabilidad está en gran parte en las decisiones que individualmente tomamos en nuestras compras.