Los dirigentes de Vox están exultantes y no terminan de creerse que sean la llave para el posible cambio de gobierno en Andalucía. Y dejan claro que si de ellos depende, habrá vuelco. "Somos el partido del cambio verdadero", proclamó este lunes el juez Francisco Serrano, candidato de Vox a la presidencia de la Junta, un cambio que quieren extender al resto de territorios en las próximas citas electorales. Tanto él como su jefe de filas, Santiago Abascal, insistieron en que "nunca" serán un "obstáculo" para formar esa mayoría alternativa y acabar con el "régimen clientelar, la corrupción socialista y el comunismo chavista que estaba dirigiendo la política en estos momentos". Pero consciente de sus 12 escaños, insisten en que deberán ser los otros, PP y Cs, quienes muevan ficha y les trasladen esas intenciones de cambio.

El comité ejecutivo nacional de Vox se reunirá el próximo miércoles en Madrid para analizar y valorar posibles movimientos en Andalucía, donde no tienen siquiera estructura. También quieren dejar pasar estos días para conocer las intenciones de PP y Cs, que aún no se han puesto en contacto con ellos. "¿No son tan constitucionalistas?, pues que nos llamen, porque no hay partido que defienda la Constitución más que nosotros", afirman fuentes de Vox, que conceden que el resto de partidos tal vez no espera que la nueva formación tuviera un papel tan decisivo para la formación de un gobierno alternativo al socialismo y ahora están "replanteándose el escenario".

Tanto Serrano como Abascal insisten en este sentido en que su único compromiso y pacto es con los 400.000 andaluces que han depositado su confianza en ellos y en su programa electoral, del que han repetido las líneas maestras: reducción de impuestos, supresión del modelo autonómico "que ha fracasado", libre elección de colegio, expulsión de inmigrantes ilegales… También la derogación de "leyes ideológicas" como la de violencia de género o la de memoria histórica. "Esas son nuestras condiciones que hemos firmado con los andaluces", reiteró Abascal, asegurando que las pondrán sobre la mesa con la intención de "defender ideas y no siglas".

ECO EN EL RESTO DE ESPAÑA

El líder de Vox concede que estos resultados tendrán una repercusión en el resto de España porque "anticipan el crecimiento del partido" en el resto del territorio. "Se acabó el chantaje del voto útil", le lanzó a Pablo Casado (PP), insistiendo en que "aprovecharán la posibilidad" para desalojar "al comunismo y al chavismo", en alusión al Gobierno socialista de Pedro Sánchez apoyado por Unidos Podemos. Para el líder de esta formación, Pablo Iglesias, tuvo las palabras más duras de su intervención, responsabilizándole de "las amenazas e insultos" que han vivido en las últimas semanas y especialmente en la noche electoral alentando un frente "antifascista". Es él, dijo, quien "rompe el orden constitucional y la convivencia democrática".

Tras el éxito en Andalucía, la formación reconoce que se plantea afrontar el ciclo electoral de la próxima primavera, con elecciones municipales, autonómicas y europeas, y no se sabe aún si también generales. "Muy pronto habrá diputados de Vox en el Parlament", aseguró Abascal. En este sentido, rechazó que se hable de "desembarco" en Cataluña porque nunca se han ido de allí. "Es en Cataluña donde más había crecido hasta ahora el proyecto de nuestro partido", recordó entre aplausos de una decena de seguidores en mitad de la comparecencia ante los medios, y ahora "no vamos a tirar la toalla porque Cataluña es importante para nosotros ya que es parte inseparable de España". Por eso, anunció su intención de presentar candidatura a las municipales en todos los municipios catalanes el próximo mes de mayo con la baza de que ellos son quienes "están diciendo lo que nadie se atreve a decir", convencidos plenamente de que tienen "serias expectativas electorales". "Somos el partido de los indignados", proclamó eufórico Serrano.