La prudencia habitual de las noches electorales se tornó en indisimulada alegría en la calle de Génova al ver que el PP iba a quedar en segundo lugar con 26 escaños, a distancia de Cs (20) y Adelante Andalucía (17). Perdieron siete diputados, pero menos de los que habían señalado la mayoría de las encuestas. El candidato a la Junta, Juanma Moreno, respiró aliviado y también el presidente de los conservadores, Pablo Casado. El primero sabía que una derrota clara se saldaría con su cese. El segundo se sometía a su primer examen tras su elección y lo ha pasado con mejor nota que pensaba.

Pendientes de los resultados definitivos, los populares hacían cábalas sobre esa posible alianza de "las derechas", expresión que utilizaba la hasta ahora inquilina de la Junta, Susana Díaz (PSOE), que sacó 33 escaños. "Si Vox quiere hablar, hablaremos", dijo un dirigente de la cúpula del PP cuando la encuesta de Abc de las ocho de la tarde le otorgó entre 8 y 10 escaños a la ultraderecha. Ya lo admitió Casado en campaña, cuando no puso ninguna línea roja para sentarse con Vox. "Andalucía quería cambio y va a tener cambio", proclamó Moreno en la sede con el escrutinio casi completado. "La población buscaba nuevo Gobierno y nosotros siempre hemos sido muy honestos porque hemos dicho que representábamos la garantía del cambio. El cambio ha ganado", continuó entre aplausos.

Según Moreno, el mandato de los ciudadanos es "nítido", "diferente", una manera de reconfirmar que no pondrán reparos para sumar los 12 escaños de Vox para conseguir su investidura.

Casado, que se volcó en la campaña y estuvo en Andalucía 12 de los 15 días, radicalizó su discurso para intentar cerrar la sangría de votos que se le estaba abriendo por la derecha. Porque la paradoja de estos resultados es que, aunque Moreno puede ser el próximo presidente de la Junta, los populares han sacado el peor resultado en esa comunidad desde 1982. Solo el 21% de los andaluces eligieron la papeleta de la gaviota. El anterior dirigente del PP-A, Javier Arenas, que ganó las elecciones del 2012, cosechó el 40,7% de las papeletas.

La derecha "troceada"

La entrada triunfal de Vox en el Parlamento andaluz con 12 escaños ha acabado de encender todas las señales de alerta en el PP. José María Aznar, al que más de un dirigente culpa de hacer la campaña gratis a la formación radical de Santiago Abascal, llevaba meses advirtiendo de que la derecha estaba "troceada" en tres: PP, Ciudadanos y Vox. "Cuando yo dejé el Gobierno en 2004 legué un espacio electoral unido. Hoy ese espacio está dividido en tres y eso es muy mala noticia", alertó, lanzando una pulla directa a Mariano Rajoy.

Aznar vio con esperanza la victoria de Casado y confía en que pueda "reconstruir" la derecha. En Génova, anoche decían que sí, que si "sigue haciéndolo igual de bien", tiene margen para recuperar al PP antes de que lleguen las municipales, las autonómicas y las europeas.

Los obstáculos hasta ahora

La caída del PSOE (de 47 a 33 escaños) y la pérdida de un feudo como el andaluz por primera vez en 37 años ha disparado el optimismo en Casado, necesitado de una buena noticia tras cinco meses en la dirección del PP con graves problemas internos. El escándalo de su máster en la Rey Juan Carlos, las grabaciones del excomisario José Manuel Villarejo por los que María Dolores de Cospedal tuvo que dimitir y, ahora, el mal uso de los fondos reservados de los que pudo hacer su actual portavoz en el Senado, Ignacio Cosidó, le han dado tantos quebraderos de cabeza que apenas ha podido centrarse en la estrategia del partido, señalan sus asesores. Ahora, con este resultado y con Moreno como probable presidente de la Junta, Casado puede pisar el acelerador para el ciclo electoral de mayo y también para esas elecciones generales que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, podría convocar en cualquier momento, aunque los datos de Andalucía parece que no se lo aconsejan.

Casado ha convocado este lunes en Génova al comité ejecutivo nacional. En él podrá celebrar esta buena nota en su primer examen al llamado efecto Casado. La convención nacional del partido llegará el próximo mes de enero, donde los populares deberán redefinir su ideario teniendo en cuenta el poderío de Ciudadanos (que ha multiplicado por dos sus escaños) y la llegada de Vox. "Esperemos que no se queden", decía anoche un dirigente conservador con la boca pequeña. Por lo pronto, en todo caso, van a empezar pactando con ellos.