-¿De dónde saca la ilusión para seguir creyendo en lo que hace?

-De ser partícipe de un proyecto sólido, liderado por la persona más idónea, Susana Díaz. El PSOE ha garantizado la estabilidad en Andalucía y ha sido capaz de sobreponerse a la crisis. Este es el camino a seguir. Tenemos un compromiso para afianzar derechos por nuestros hijos y nietos.

-¿Por qué un ciudadano tendría que votar al PSOE y no optar por el cambio en Andalucía?

-Los andaluces saben que siempre hemos estado cuando nos han necesitado. El PSOE es el que mejor ha defendido, defiende y defenderá los intereses de los andaluces. Hemos construido juntos lo que hoy es Andalucía, ahora hay que afianzarlo. Estamos en disposición de ofrecer más sanidad, más educación, más servicios sociales y más empleo. De todos los que se presentan, más allá de las calificaciones y las tautologías, no he escuchado ni una propuesta. Soy el único que las ha hecho.

-El PSOE dice que bajará 9 puntos el paro, ¿cómo?

-En 2015 rondábamos el millón de desempleados y ahora estamos en 600.000. Aplicando políticas de empleo a pulmón, sin ayuda del Gobierno, hemos sacado tres planes de empleo que han posibilitado 8.300 contratos en Córdoba. A eso ha contribuido el acuerdo con CCOO, UGT y CECO. Pero no nos vamos a conformar con eso.

-¿Qué me dice del ‘revival’ de enfrentarse a José Antonio Nieto?

-Tengo con él una relación muy afectuosa, pero defiende un modelo antagónico al mío.

-No fue propuesto para la lista en algunas agrupaciones del PSOE importantes, ¿le sorprendió?

-Me parece estupendo, porque eso significa que mi partido es el más democrático. Y luego, sentir que uno es el más apoyado en todas las agrupaciones es un honor. Tengo un sentimiento de agradecimiento que no sé cómo voy a devolver.

-Cómo ha sido su experiencia como presidente del Parlamento. ¿Le gustaría repetir?

-Ha sido una de las etapas más bonitas de mi trayectoria política. Una experiencia inolvidable, pero soy una persona de partido, por eso me sentiré bien allí donde mis compañeros quieran que esté.

-La candidata de Adelante Andalucía ya ha dicho que garantizará la investidura del PSOE, pero ustedes siguen hablando de bloqueo. ¿No se fían de su palabra?

-En sus hechos la reconoceréis. Pero de todas maneras, ahora mismo quiero hacer un pacto con los cordobeses para que nos den un apoyo mayoritario para garantizar que seguro haya investidura. Permítame que sea escéptico, es que tengo la experiencia de un Parlamento bloqueado durante 80 días y sus 80 noches. Tras el 2-D, todos podrán justificar con hechos lo que dicen con palabras.

-Adelante Andalucía dice que representa al socialismo, ¿qué piensa cuando oye eso?

-Tengo un gran escepticismo de lo que proponen. Se confunden cuando creen que un discurso es lo que justifica un gobierno. Los gobiernos se justifican con sus presupuestos. Cualquiera puede comprobar que algunas medidas de Teresa Rodríguez supondrían un incremento presupuestario de casi 55.000 millones de euros. Todo el mundo sabe que eso es irreal. Solicitar el voto del socialismo para algo irrealizable es un fraude. Pediría a Adelante Andalucía que tenga los pies en el suelo y no haga propuestas que no vaya a cumplir. No hay mayor descrédito para la democracia que ese. Aquí hay mucha gente que ha votado al PSOE sin ser socialista, porque sabe que somos garantía para parar a la derecha. Por eso, los progresistas debemos parar esta ola que inunda Europa, la de una derecha cada vez más asilvestrada.

-¿Es Vox un partido de extrema derecha? ¿Pactarán PP y Cs con ellos por gobernar?

-Lo peor que le está pasando al PP es que, en el intento de no perder votos por su derecha, está blanqueando los mensajes radicales de la extrema derecha, inaceptables desde el punto de vista democrático. Si pactara con esa radicalidad, perdería Andalucía y España. Eso sí deberían pensárselo fríamente Moreno Bonilla y Marín: si, por quitar al PSOE, merece la pena radicalizarse hasta el extremo de un grupo cuyas ideas rayan el marco constitucional.

-¿Por qué solo habla de inmigración la derecha?

-¡Pero no lo hace para darle solución! El Gobierno andaluz no habla, actúa, porque no tiene tiempo de hablar. Lo único que pedimos es responsabilidad y solidaridad, porque esto es un problema de Estado y de Europa. No puede ser un arma arrojadiza.

-¿Se han puesto las cortapisas suficientes a la corrupción?

-Hemos avanzado mucho y se ha hecho más difícil que alguien pueda cometer una fechoría con dinero público. Que la justicia caiga rápido sobre quien se comporte mal y que devuelva el dinero.

-¿Está todo solucionado con la Fundación Guadalquivir?

-Se está haciendo un uso torticero intentando incriminar al PSOE, que nada tiene que ver con los actos que en su vida privada tenga cualquier militante.

-¿Se ha sentido interpelado de manera directa?

-Lo intentaron, pero ni sé absolutamente nada sobre cómo trabajaba esa entidad, ni cómo se invertían sus fondos, que les llegaron en concurrencia competitiva. En las mesas donde se adjudican esas ayudas solo hay funcionarios. Ha quedado claro que no hay duda en cuanto a la relación de esa entidad con la concesión de ayudas, porque los consejeros Sánchez Maldonado y Carnero lo llevaron con total transparencia. Ahora, que la justicia obre en consecuencia. Pero la oposición solo lo echa en cara, no propone nada para corregirlo.

-¿Le sorprende que Juan Marín defienda ahora otros argumentos, después de haberles apoyado durante todo el mandato?

-Me sorprende la agresividad y el cambio de rol de Juan Marín, que quizá sobreactúa por la imposición de su líder nacional. Creo que es más una impostura que una postura por disputarse con el PP la hegemonía de la derecha.

-¿Qué no ha cambiado del Durán que se presentó a la Alcaldía?

-Intento ser siempre el mismo y no ha cambiado mi manera de entender la política. Cuando me invistieron presidente del Parlamento decidí ir y venir a diario en tren. Eso me ha permitido tener contacto con la gente de todo tipo que va y viene a Sevilla, que me sirve para contrastar, porque es un termómetro magnífico.

-A los políticos se les miente mucho.

-Pues no hay mayor lealtad que la crítica veraz.