Si en los últimos cuatro años el concejal de la más modesta localidad española ya se ve sacudido por el tormentoso clima político… imagine lo que es vivir la política en las alturas, en el centro de relámpagos y truenos y corrientes de aire ascendentes y descendentes.

Pues justo desde ese tormentazo en altura llega José Antonio Nieto (Guadalcázar, 1970) a encabezar la candidatura del PP por Córdoba a las elecciones andaluzas del próximo 2-D.

Pero recordemos su trayectoria que, por cierto, nunca ha estado lejana a esas turbulencias de alta política. Ni siquiera en su primera juventud, porque cuando el CDS, aquel rescoldo del centrismo de la UCD de Suárez se integró en el PP en 1993, José Antonio Nieto, a sus 21 años, ya era secretario provincial del partido. De hecho, acababa de terminar la carrera de Derecho en Córdoba y, con 23 años, ya se presentaba a unas elecciones a la Cámara Alta, por el partido centrista.

El caso es que, ya bajo las siglas del PP, y en aquella época de aterrizaje de valiosos políticos centristas en el partido, Nieto conocía bien la sede de la calle Génova en Madrid, porque a la vez que con 25 años sacaba su acta de concejal en el Ayuntamiento de su localidad, trabajaba junto a Nuevas Generaciones o en la dirección general de la Fundación Popular Iberoamericana (1996-2000), mientras que se le nombraba coordinador electoral regional del PP de Andalucía (1998-2000) y comenzaba a hacerse un experto en política local como asesor en la Diputación y el Ayuntamiento de Córdoba.

Fue en 1999 cuando pasaría a ser concejal del Ayuntamiento de Córdoba y también entraba en la Diputación, un nuevo paso de su meteóricamente serena carrera política, valga la figura literaria. Y es que en el 2004, ya era jefe de la oposición municipal y en el 2007 hasta logró ganarle los comicios locales a Rosa Aguilar, aunque no llegó a la alcaldía hasta el 2011, arrasando con la segunda mayoría absoluta de los ayuntamientos tras aquella de Julio Anguita. Que no es moco de pavo.

Para entonces, del 2008 al 2011, Nieto ya conocía la Cámara andaluza, a donde, previsiblemente y según las encuestas, volverá el próximo 2-D.

Curiosamente, y si en el 2011 Nieto dejó la Cámara andaluza para ser regidor de la ciudad, tras 2015, cuando el PP perdió la alcaldía, dejó poco después de ser concejal al ser llamado para ocupar la Secretaría de Estado de Seguridad, teniendo que bregar en ese periodo con el intento secesionista catalán, el atentado terrorista de Barcelona de agosto del 2017, las demandas de equiparación salarial de la Policía Nacional y la Guardia Civil... y un periodo no falto de sinsabores como la polémica por el caso Lezo, por mucho que se disculpara después el fiscal general.

Y, paralelamente a esta abrumadora carrera institucional, hay que hablar también de la tormenta interior que ha vivido el PP, con Nieto, el hombre sereno, de presidente provincial desde el 2006 (poco después de una grave crisis del PP cordobés) hasta el 2017, y después, a nivel nacional, con su apoyo sin reservas a Cospedal en las tensas primarias recientes del PP y la renovación de la confianza de Casado en él para esta nueva etapa.

¿Y cuál es el impacto de este perfil ante el 2-D? Bueno... hay un detalle que lo dice todo: es el candidato local cuya foto más se publicita en estas elecciones. Miren si no las farolas y comparen partidos. Nieto es reclamo seguro a nivel local para el PP.