Cuando Juan Pablo Durán (Córdoba, 1964) se convirtió en candidato a la alcaldía de la capital cordobesa en el año 2011, el PSOE se enfrentaba al hándicap de que era poco conocido en la ciudad. Entonces, curiosamente, se enfrentaba al mismo candidato del PP que ahora, José Antonio Nieto, que fue quien ganó en aquella ocasión. Ahora, tras su paso por la presidencia del Parlamento andaluz, queda lejos aquel hombre poco conocido, ya que en este tiempo Durán ha sabido consolidar su peso político.

A la sede socialista había llegado de la mano de su hermana Inmaculada, que lo convenció para que hiciera de interventor en unas elecciones. Al finalizar aquella jornada electoral se sacó el carnet. Era el año 96 y Durán venía de atravesar el desierto de la crisis que legaron los fastos del 92 y que vivió como trabajador de una empresa familiar dedicada a la madera, que pasó por dificultades. En una entrevista a CÓRDOBA, el ahora candidato socialista contó cómo aquellos fueron durísimos, en los que los bancos le dieron la espalda --incluida la entidad de la que años más tarde fue consejero, Cajasur--, y en los que hubo incluso una Navidad donde, ya siendo padre de dos de sus tres hijos, no hubo cena que comer.

No era el primer bache que atravesaba. Tampoco fue sencilla su niñez y adolescencia, con un padre que superó el infierno del juego y del alcohol y que, afortunadamente, se convirtió a la postre en un ejemplo de superación fundando Acojer, la asociación de jugadores rehabilitados.

En varias ocasiones ha destacado la importancia que tuvieron en aquellos momentos de su juventud dos personas: Diego Soto, quien fuera después preparador del Betis, y Kiko Pastor, coordinador de deportes de los Salesianos.

Pero por encima de cualquier referencia, quien ha estado a su lado desde siempre ha sido Olga, su esposa, una mujer discreta y cariñosa a la que conoció en el instituto López Neyra con apenas 16 años. Ella es la que siempre le ha mantenido con los pies en la tierra, según ha confesado el candidato en algunas entrevistas. De las espinitas que tiene clavadas Durán está el no haber podido estudiar Medicina, ya que se quedó a unas décimas de entrar y en ese año se le cruzó la mili. Después de cumplir con el país, comenzó a estudiar Graduado Social, aunque no pudo terminarla porque empezó a trabajar con su suegro.

En el PSOE fue primero secretario de Organización y, después, en el 2008, tras la marcha de José Antonio Ruiz Almenara, sus compañeros le convirtieron en secretario provincial del PSOE. Ocupó ese cargo orgánico hasta ser relevado, en octubre del 2017, por Antonio Ruiz, que, a su vez, había sido su secretario de Organización.

Tras su etapa como concejal del Ayuntamiento de Córdoba, desde el 2011 a marzo del 2014, fue designado senador por la Cámara andaluza y, poco después, se convirtió en el cabeza de lista por la provincia de Córdoba en las elecciones autonómicas del 2015. La presidenta andaluza, Susana Díaz, y su partido lo propusieron para presidir el Parlamento de Andalucía, en sustitución de otro cordobés, Manuel Gracia. Este cargo al frente de esta institución lo ha desempeñado hasta el final de la pasada legislatura. Ahora vuelve a encabezar la lista socialista por Córdoba en los comicios del 2-D y, según confiesa, lo hace «con más ganas que nunca».