La situación sanitaria derivada de la covid-19, que ha obligado a posponer los Juegos de Tokio un año, hasta 2021, ha provocado que los deportistas paralímpicos hayan hecho valer más que nunca su máxima de superar obstáculos y reinventarse pensando en sus nuevos objetivos.

Con el inicio del estado de alarma decretado por el Gobierno, y que obligó al confinamiento, los deportistas, ante la incapacidad de ejercitarse como habitualmente lo venían haciendo, en su mayoría al aire libre o grandes instalaciones, tuvieron que buscar la manera de seguir activos desde sus casas.

El Comité Paralímpico Español (CPE) se planteó responder con rapidez y estableció un plan de contingencia que permitiera a los deportistas incluidos en el Plan ADOP continuar con sus entrenamientos. De esta forma, y gracias a la colaboración de algunas empresas, se entregó en los domicilios de un centenar de deportistas material de trabajo.

Pesas, máquinas de remo, ergómetros, bicicletas, rodillos, cintas de correr o material de fuerza fueron entregados a los deportistas ante la incógnita de saber qué ocurriría con unos Juegos que finalmente fueron pospuestos para celebrarse del 24 de agosto al 5 de septiembre de 2021.

El siguiente paso, al conocerse las nuevas fechas de los Juegos, fue garantizar el mantenimiento del pago de las becas actuales a todos los deportistas, deportistas de apoyo, entrenadores y seleccionadores del Plan ADOP hasta los Juegos. Pensando en Japón se puso en marcha una plataforma virtual y telefónica que permite que profesionales médicos, psicólogos, nutricionistas, fisioterapeutas, fisiólogos y técnicos responsables continúen asesorando y haciendo el seguimiento de los deportistas desde una perspectiva multidisciplinar.

El desarrollo e implementación de esta plataforma se logró gracias a la aportación de la empresa tecnológica Netboss Comunicaciones. Durante el tiempo de confinamiento, algunos deportistas se las han ingeniado para entrenar deportes poco convencionales para hacer en una casa. La nadadora aragonesa María Delgado entrenó en una piscina hinchable, el valenciano Héctor Cabrera se creó un pasillo en el jardín con una lona para lanzar peso y otros hicieron remos en el salón.

Con el inicio de la desescalada y las fases de apertura de actividades al aire libre, los deportistas recibieron un estuche con material de seguridad y control compuesto por cinco mascarillas FFP2 reutilizables, 100 guantes de nitrilo, un gel hidroalcohólico de 500 mililitros, un termómetro y un pulsioxímetro para medir la saturación de oxígeno, que es un indicador adelantado de posible contagio por coronavirus. Este material se entregó a domicilio a los 150 deportistas incluidos en el Plan ADOP como parte de un apoyo médico que también incluye controles diarios mediante un cuestionario virtual y un protocolo de actuación para la vuelta a los entrenamientos en condiciones de seguridad.

Con la reapertura de los Centros de Alto Rendimiento y la vuelta a los entrenamientos, de momento individualizados, los deportistas paralímpicos han iniciado su cuenta atrás para Tokio 2021, un objetivo con el que muchos llevan soñando cuatro años.