El cineasta francés François Ozon, que ha presentado en la Berlinale un filme sobre casos de pederastia en la Iglesia católica, consideró ayer que su película, que al principio no tenía una intención «política», es más bien un «acto ciudadano». Al día siguiente de su presentación ante la prensa en el festival berlinés, donde compite por el Oso de Oro, Ozon reconoció que no está seguro «al cien por cien» de que la película (Gracias a Dios) se pueda exhibir en Francia el día previsto para su estreno, el 20 de febrero. «Nunca al cien por ciento. Tengo confianza en la Justicia francesa», confesó Ozon en una conversación con medios sobre su película, que relata casos de abusos sexuales contra menores por parte de un sacerdote que los admitió y que examina un tribunal de su país.

«Sería una señal desastrosa para la Iglesia si se retrasara el estreno, si se censurara», completó preguntado por la repercusión que podría tener prohibir la exhibición de película si prospera una iniciativa conocida el día de su presentación en Berlín. El abogado del sacerdote francés Bernard Preynat, cuyos abusos sexuales con menores son el núcleo de la historia del filme de Ozon, ha interpuesto una demanda para impedir la circulación comercial de la cinta.

LIBERTAD DE CREACIÓN // «Francia es un país de libertad de creación, sabemos que esta es muy importante», recordó el director, «y en este caso estamos entre un caso de presunción de inocencia». Y agregó que esa presunción de inocencia en el caso de Preynat «es difícil de demostrar puesto que ha confesado todo desde hace treinta años y hasta ha habido el proceso de (Philippe) Barbarin», en alusión al que está visto para sentencia contra el cardenal de Lyon.