El anuncio hecho hace unos días por la Junta de Andalucía de estar dispuesta a financiar la obra para el trasvase de agua del pantano de Iznájar a la comarca de Antequera ha levantado todo tipo de reacciones en la zona cordobesa del pantano más grande de Andalucía, que separa las provincias de Córdoba, Málaga y Granada.

Una de las voces más airadas ha sido la del propio alcalde de Iznájar, Lope Ruiz (PSOE), quien se ha mostrado receloso del proyecto y de que se pueda llevar a cabo. El motivo radica, según ha explicado a este periódico, en que es contradictorio que por un lado se esté planteando este proyecto, que supondría una inversión de 50 millones, para mejorar el abastecimiento urbano de los pueblos de la comarca de Antequera, porque el recurso hídrico en dicha zona es escaso, y, por otro lado, se autorice la instalación de una planta de embotellado de agua. Aunque la empresa promotora anunció ayer que abandona el proyecto por la oposición ciudadana, Lope Ruiz indica que lo que piden los ayuntamientos es que se retiren todos los permisos concedidos para que no puedan ser transferidos a otro inversor.

Asimismo, Lope Ruiz señala que lo anunciado por la Junta sobre el trasvase, «son solo palabras, no hay informe, no hay proyecto ni hay presupuesto consignado», apunta el regidor.

También ha querido poner sobre la mesa el alcalde que su pueblo, y todos los que dependen de alguna manera del pantano de Iznájar, no se niega a que se pueda utilizar agua (5 hectómetros cúbicos) para el abastecimiento de personas, pero no estaría dispuesto a permitir que se utilizara dicho recurso para ampliar o crear zonas regables de aquella comarca u otro tipo de servicios. Sospecha Lope Ruiz que tras este proyecto hay intereses que pretenden que una vez hecha la obra se cambie el uso del agua o se pida más recursos para otros fines. Eso supondría, dice, detraer parte del principal recurso económico de una comarca para beneficiar a otras.