Resulta decepcionante que los informativos a todas horas estén hablando del virus sobre todo en el sentido de llenarnos, no tanto de responsabilidad, sino de miedo. Pero es que, a pesar de que se gastan miles de horas y seguramente de euros en informarnos de nuestros muertos por coronavirus como si fueran estadísticas, de otras cosas relativas a la pandemia, que se nos debería informar, no se informa absolutamente nada. Se nos dice que estamos en una llamada tercera ola, la más terrible. Se nos dice que nos encontramos ante nuevas cepas un 70% más contagiosas y más mortales. Se nos dice que las comunidades autónomas quieren confinamientos domiciliarios. Pues con este cuadro, aún no dice nadie que nuestros hijos no tienen mayor riesgo en las aulas. De pena. Miren, no soy científico de epidemias y por tanto no puedo darles una opinión fiable. Pero sí hago desde aquí una reivindicación social consistente en que alguien que tenga competencias y conocimientos nos diga que no hay más peligro en las aulas y que lo firme. Pero este sin vivir que tenemos cada mañana que levantamos a nuestros niños para que vayan al colegio nos va a volver locos. Nuestros representantes no dicen nada por pura cobardía, es decir, por no cargarse con la responsabilidad si pasa algo malo. Pero una de las funciones de la política es el heroísmo y el sacrificio por los demás Eso que se dice «yo cumplo mi horario y mis obligaciones y por eso cobro y me voy a casa» no vale, porque el político debe ejercer su honrosa función hasta durmiendo. Por eso exijo más entrega y menos miedo, no al virus, sino al qué dirán. No hay marrones cuando se hace lo que se tiene que hacer y la cosa sale mal. Así que salgan y dígannos que es lo mejor para los escolares. Pero si no dicen nada, comprendan que haya padres que tomen sus decisiones en aras de la salud. No les llamen desintegrados o proveedores de la autoexclusión. Lo que es desintegración social es contar muertos como variables de la bolsa. Estoy seguro que la Administración quiere el progreso de nuestros niños, pero estoy igual de seguro que no los ama como los padres o tutores. Salgan y expliquen y si no lo hacen, no manden a los asistentes sociales a nuestras casas con la amenaza de incoar expedientes de desamparo o de suprimir ayudas sociales por no llevar los niños al colegio porque esto no es cuestión de absentismo irresponsable, sino de protección de la salud ante tanta desinformación. Por tanto, por este motivo, no arrebaten los popularmente llamados «puntos» que sirven para dar de comer a los niños en riesgo de exclusión, porque eso roza la traición. Y nada hay más despreciable que una Administración traidora.

* Abogado