¿Qué pinta un analista de Cartagena en Ghana? O se podría hacer también otra pregunta: ¿qué pinta un analista de Cartagena en Malmöe, Suecia? Resulta que el sujeto de ambos cuestiones responde al mismo nombre, José Daniel, y a los mismos apellidos, Alfonso Martínez, que ahora está en Suecia y Ghana al mismo tiempo, como antes lo estuvo en Dinamarca o en Ucrania. Y mañana, a saber.

Joseda, como le llaman los amigos, ejerce de director de análisis de la selección ghanesa, que este viernes llegó a Qatar para comenzar a preparar sus compromisos. El primero de ellos, encuadrada en el grupo H, llegará el jueves que viene frente a la Portugal de Cristiano Ronaldo.

"El fútbol tiene la ventaja de que es internacional y puedes trabajar como analista en cualquier lugar del mundo, conociendo otros lugares y culturas. Ahora acabo contrato, tanto en el Malmöe como con Ghana y, aunque aún no sé qué haré, estoy estudiando opciones para seguir creciendo a nivel personal y profesional, para buscar nuevas experiencias después de cuatro años", dice él, contestando a las dos preguntas.

Ciencias del Deporte

Nació en Cartagena en 1987 y aunque siempre le gustó el fútbol nunca llegó a jugar en ningún equipo federado. Su carrera profesional, no obstante, la orientó hacia él: estudió Ciencias de Deporte en la Universidad Católica de Murcia y luego cursó un posgrado en análisis de rendimiento deportivo en Valencia, Alemania e Inglaterra. Y ahí es donde, digamos, vio la luz.

"Cuando estuve en Nottingham me centré más en el videoanálisis. Era 2010 y en Inglaterra ya había muchos analistas de vídeo para incrementar el rendimiento, pero en España no estaba entonces tan profesionalizado, no había personal específico formado en esas tareas", recuerda. Eso le llevó a solicitar práctica en el Cartagena, entonces en Segunda y entrenado por Juan Ignacio Martínez.

Su trabajo convenció al técnico, que se lo llevó al Levante, ya en Primera División, y después al Valladolid y el Almería. "Pero en el fútbol esto va por rachas, Juan Ignacio estuvo un año y medio sin entrenar y me busqué la vida. Un representante de InStat [una empresa de análisis de rendimiento] me conocía de la etapa en el Levante y me recomendó como freelance al Dnipro ucraniano. Les hice todos los informes de sus rivales en la Europa League y llegaron hasta la final contra el Sevilla", rememora.

Y llegó la guerra

La primera invasión de Rusia al Donbás, en 2014, le dejó sin poder afianzar ese trabajo en Ucrania, pero se le abrió una ventana en Dinamarca, en el Nordsjaelland, "que fue una etapa fantástica, porque pude trabajar a largo plazo, en un proyecto de tres años en el que afiancé una base sólida a nivel de análisis, en un club que apuesta mucho por la gente joven, con una media de edad de unos 19 años, y con vínculos importantes con Ghana".

Y aquí aparece Ghana en su vida. El club danés tiene un acuerdo para exportar talento del país africano y cuenta con técnicos con origen en él. Uno de ellos es Otto Addo, hoy seleccionador nacional, que ejerció de asistente en el Nordsjaelland en la temporada 2016-17, coincidiendo con Alfonso.

Sus caminos se separaron, él cruzó el puente entre Copenhague y Malmöe para iniciar una nueva aventura y Addo siguió como asistente pero a un nivel superior, en el Dortmund. Hasta que el pasado mes de febrero, Addo ascendió al cargo de seleccionador y sonó el móvil de Alfonso.

"En marzo logró clasificar a la selección para el Mundial y me llamó para que la ayudara. No ha sido sencillo, porque dirijo un equipo de cuatro personas y cada una vivimos en un país: Suecia, Ghana, Alemania y Suiza. Todas las reuniones son telemáticas y cuando vamos a concentraciones casi ni dormimos, porque aprovechamos al máximo el poco tiempo que podemos estar juntos", relata.

Su trabajo

¿Y a qué se dedica exactamente? Es mejor que lo explique él mismo. "En directo, me encargo de comunicarme con el ordenador y de preparar la información que les mostramos en el descanso y después al partido a los jugadores, en forma de vídeo. En cuanto al entrenamiento, analizamos los objetivos tácticos, lo grabamos todo con vídeo y disponemos de un software de análisis con el que codificamos estadísticas de manera muy personalizada, en función del interés del entrenador para que haga uso de él. Y asistir al entrenador cuando quiere transmitir el mensaje en vídeo: nos dice qué es lo que les quiere contar a nuestros delanteros, por ejemplo, y nosotros lo preparamos con recursos gráficos para que al jugador le llegue muy masticado y comprensible".

"Trabajar con una federación africana -prosigue- tiene sus matices, porque no hay los mismos recursos a nivel administrativo o de instalaciones que en los clubes europeos. Es un poco caótico a veces, no es un trabajo tan eficiente, pero se hace igual, porque lo que sí tienen es una ilusión bárbara. Están locos por el fútbol y ahora por el Mundial". Y, después, ya se verá. Quizá la siguiente pregunta sea absurda: ¿qué pinta un analista de Cartagena en España? Quién sabe.