El gran momento y la determinación de Cristiano Ronaldo afronta uno de los momentos clave de la competición para su selección, Portugal, que se juega en Saransk la clasificación para los octavos de final en el duelo ante Irán, que busca el mismo objetivo y que dirige el otrora seleccionador luso Carlos Queiroz.

El choque del Mordovia Arena forma parte de una jornada determinante en el Grupo B. Ambos pretenden superar la fase de grupos, por lo que también estarán pendientes de lo que suceda en el otro duelo del cuarteto entre España y Marruecos, ya eliminada.

Portugal afronta la contienda con un punto más que Irán, que pretende alcanzar los octavos de final por primera vez en su historia y que estuvo cerca de salir airoso del duelo contra España. Joao Moutinho ha sido el último en incorporarse al plantel. Víctima de un proceso gripal, no ha se entrenado hasta el día antes del encuentro, en la última sesión en Kratovo. Aún así, puede formar parte del centro del campo luso. Raphael Guerreiro, víctima de problemas musculares, ya se unió a la plantilla el pasado sábado después de estar varios día con cuidados médicos. Se ejercitó con normalidad desde entonces y ocupará el lateral izquierdo de Portugal.

Irán afronta el partido en la posición que Carlos Queiroz desea al principio del campeonato: con todas la opciones de clasificación abiertas y frente a una de las favoritas necesitada y obligada a atacar para buscar la victoria.

El preparador portugués, conocedor de sus debilidades y de la extrema potencia de sus rivales, confía en una única variante estratégica: solidez defensiva, presión colectiva, líneas muy juntas y solidaridad en el centro del campo en espera de un error que le permita lanzar el contraataque.