El delantero de la selección marroquí Noureddine Amrabat aseguró ayer que el partido frente a España será «muy difícil», pero que el objetivo es empatar o ganar para no salir del torneo sin puntuar. En declaraciones a los medios previas al entrenamiento vespertino en una antigua base soviética en Voronezh, el extremo del Leganés admitió que no se ha recuperado del todo aún del golpe que sufrió en el primer encuentro frente a Irán, pero que espera jugar como lo hizo ante Portugal.

Amrabat fue uno de los jugadores más destacados en ambas contiendas, especialmente frente al combinado luso en Moscú, donde se convirtió en un estilete y un quebradero de cabeza para la defensa por banda derecha. «Va ser un partido muy difícil porque España es un equipo fantástico con jugadores fantásticos. Nos conocemos de los partidos pero no tengo contacto directo con ellos. Pero cuando los veo les saludo y les deseo suerte», explicó. «No les he visto jugar en directo porque cuando ellos jugaban (nosotros también) pero he visto vídeos con las mejores jugadas y como siempre, tiki taka, mucha posesión, partidos muy difíciles, realmente difíciles. Es de verdad un gran equipo», afirmó. El jugador también lamentó la escasa fortuna ante el gol que ha tenido su equipo -desaprovechó diversas ocasiones frente a Irán y Portugal, y no ha celebrado todavía tanto alguno-, y deseó que el signo de la diosa cambie en Kaliningrado.