El Gobierno de España, con el beneplácito de Bruselas, sigue firme en su empeño de cobrar a los conductores por utilizar las carreteras de nuestro país. Al principio se habló de peajes en autovías y autopistas para el año 2024, después también se especuló con pagar por circular por carreteras secundarias, y ahora se habla de una tarifa plana para todos a partir de 2023.

La última en pronunciarse de forma oficial fue la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, quien volvió a esgrimir el discurso de la necesidad de sostenibilidad de la red viaria española para justificar los peajes. “Necesitamos recursos para poder mantener unos estándares adecuados de calidad de nuestras carreteras”. Una excusa que como ya demostramos no se corresponde con la realidad, puesto que sólo con los impuestos directos al coche que se recaudan en un año, como gravámenes en los carburantes o con las tasas en la compra del automóvil, no sólo se liquida la deuda que existe en el mantenimiento de autovías y autopistas, sino que se paga la conservación de sus próximos 21 años.

Aunque por el momento no se ha especificado ni en qué carreteras ni de qué manera se emplearán los pajes, ya que según Sánchez se está “analizando cuál es la fórmula más idónea» de imponer este pago por uso”, algunos medios apuntan a que desde el Gobierno central se ha filtrado que este nuevo impuesto podría ser en principio en forma de viñeta. Es decir, una pegatina como la de la ITV por la que se pagaría una tarifa plana por poder utilizar las vías de alta intensidad por periodos determinados: un año entero, meses sueltos, semanas o incluso por días.

Esta medida ya se encuentra implantada en otros países de Europa, y cuenta con el visto bueno de Bruselas. El pago por uso en las carreteras, o las subidas en el impuesto de matriculación y circulación, son algunas de las medidas que el Gobierno contempló en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia remitido a Europa. La recaudación del pago por uso de las carreteras tiene como principal finalidad hacer frente al mantenimiento y conservación de la Red de Carreteras del Estado, que ya cuenta con un déficit acumulado de 8.000 millones euros.

En la página 92 del plan de recuperación se habla del “establecimiento de un mecanismo de las carreteras de alta intensidad y la implementación de planes de movilidad pago por uso urbana”. En el texto existe una errata que altera el orden de algunas palabras pero concreta de nuevo de establecer un mecanismo de pago por uso de las carreteras de alta intensidad”. Una idea que se recoge una vez más en la página 134, donde se habla de nuevo de “el desarrollo de un mecanismo de pago por uso de las carreteras”, dentro de un contexto de movilidad sostenible y la Ley de Movilidad y Financiación del Transporte.

¿En qué carreteras se pondrían los peajes?

En el texto se habla de “carreteras de alta intensidad” por lo que no estaríamos hablando únicamente de autovías y autopistas, sino también de carreteras secundarias con tráfico elevado. Es decir, que se pondría en marcha las vías con mayor tránsito y por tanto donde más se puede recaudar.

¿Cuánto tendremos que pagar por utilizar nuestras carreteras?

Al inicio se especuló con que los nuevos peajes en autovías y autopistas en 2024 podrían recaudar una media de 4 céntimos por cada kilómetro recorrido, con lo que tomando a Madrid como punto de partida: viajar a Barcelona costaría unos 25 euros, a Valencia unos 14 euros, a Sevilla unos 21 euros, a Salamanca unos 9 euros y a La Coruña unos 27 euros.

Pero según las últimas informaciones, antes de la instalación de los peajes definitivos se podría implantar a partir de 2023 el uso de la denominada viñeta, una pegatina en el parabrisas al estilo de la ITV que te daría acceso a las vías de alta intensidad y por la que se pagaría una tarifa plana. Aunque no existe una comunicación oficial por parte del Ministerio de Transportes, algunos medios hablan que el propio ejecutivo central pretende establecer una tarifa de entre 75 y 80 euros anuales para turismos, y tarifas más elevadas para transportes profesionales más contaminantes, que podrían llegar a pagar hasta 400 euros.

Con este pago el Gobierno pretende obtener más de 1.500 millones de euros al año, con lo que se podría hacer frente a la conservación de la red de carreteras, y se cumpliría con el plan de recuperación prometido a Bruselas.

¿Cómo se controlará el uso de la viñeta en 2023?

Al igual que ya se hace en países como Austria, Portugal, Suiza o República Checa, un dispositivo de cámaras desplegado en las vías donde se precise este distintivo reconocerían la matrícula y la ‘pegatina’ para comprobar si disponen de ella, y de ser así, si el plazo acordado está pagado. Si se circula por una de estas carreteras sin la viñeta o sin el pago del periodo acordado, el conductor será sancionado con una multa.

El despliegue de cámaras es mucho más económico que la instalación de pórticos y barreras, por lo que se ha optado para 2023 por este sistema, si bien la idea del Gobierno Gobiernosí es emplear las clásicos pajes en el futuro.