Desde hace muchos años, los nacidos en la provincia de Córdoba han destacado en el automovilismo andaluz. Como ya comentamos en la anterior columna, en la década de los setenta ya había dos escuderías potentes en la capital, y otras en la provincia, que organizaban rallyes y subidas, algunas de ellas puntuables para certámenes nacionales. Eso significa que había organizadores y cargos oficiales con un buen nivel, y por supuesto deportistas (pilotos y copilotos) que consiguieron numerosos títulos en distintas especialidades del automovilismo.
Y eso ha seguido así durante cuarenta años, quizás con altibajos, para llegar ahora a una de sus mejores épocas. Nuestra provincia es la que más pruebas va a tener este año en el calendario de los certámenes andaluces, y la única con dos rallys del Supercampeonato de España.
Para mí, que he podido vivir todas esas épocas es importante ver que la cantera cordobesa sigue funcionando y hoy día tenemos jóvenes al frente de clubs organizadores, también con cargos oficiales y por supuesto deportistas. Junto a ellos siguen los veteranos, y en los últimos tiempos se ha incrementado la presencia de cordobesas en las carreras, como oficiales en las pruebas y también subidas en los coches, especialmente como copilotos. Además tenemos algunas pilotando, como es el caso de Cristina Calero, que disputó el Rallye Valle del Guadiato junto con su hermana Elena.
