Ford ha confirmado que no optará a las ayudas del PERTE para el Vehículo Eléctrico y Conectado. La compañía norteamericana, que pretendía aprovechar estos fondos para preparar la electrificación de su planta de Almussafes, Valencia, ha explicado que se ha visto obligada a retrasar sus planes de producción para Europa, hecho incompatible con las exigencias del PERTE, que obligaba a concluir los proyectos antes del mes de octubre de 2025.

El proyecto de Ford buscaba apoyar la electrificación de las empresas integrantes de su cadena industrial y para adaptar su fábrica para acoger la producción de dos coches eléctricos para 2025 y 2026. En el reparto provisional de fondos del PERTE confirmado por el Ministerio de Industria, la firma de Michigan iba a recibir 106,3 millones de euros, 68,5 millones como subvención y otros 37,8 millones bajo préstamo.

Ford, comprometida con Almussafes

La reorganización de los planes productivos de la marca provocan que esta no pueda acogerse al PERTE y deba renunciar a sus ayudas, pero en ningún caso afecta al futuro eléctrico de la planta valenciana, que se impuso a la alemana de Saarlouis en la adjudicación de los dos vehículos enchufables. Según el comunicado de Ford, la marca “mantiene el compromiso con nuestra planta de Valencia porque las operaciones en España siguen siendo una parte fundamental de nuestra estrategia para Europa”.

La compañía agradece al gobierno de España y a la Generalitat Valenciana su cooperación y les emplaza “a colaborar para buscar oportunidades de financiación adicionales a medida que avanzamos hacia una gama de vehículos de pasajeros totalmente eléctricos para 2030”. Según las primeras reacciones, las administraciones española y valenciana mantienen todo su apoyo a la marca para hacer realidad su transformación eléctrica.

En el momento de la adjudicación de los dos eléctricos a la planta española, Ford tenía entre sus objetivos vender 600.000 vehículos eléctricos al año en Europa para 2026 y producir dos millones de unidades de este tipo de vehículos a nivel global para alcanzar la neutralidad de emisiones de carbono en 2035.