La carga por inducción de los coches eléctricos podría ser una alternativa perfecta a los enchufes en zonas muy pobladas y ciudades, pudiendo dar soporte a los millones de coches que ‘duermen’ cada noche en la calle. La tecnología de carga inalámbrica, sin embargo, está todavía en proceso de desarrollo y, como ocurrió hace apenas un lustro con los enchufes, las distintas variantes de esta tecnología pueden complicar su adopción por parte de los fabricantes y el despliegue por parte de compañías privadas y administraciones públicas.

Cabe recordar que gran parte de la culpa de que la infraestructura de carga sea insuficiente en la mayoría de los países es por las distintas opciones que habían en el mercado en cuanto a tomas de carga y su adopción por parte de los fabricantes. En un inicio, la carga de CA estaba tomando ventaja, pero después llegaron el CHAdeMO, por el que apostaron las marcas japonesas, además de firmas como Citroën, Peugeot o Tesla, y más tarde el CCS, que finalmente se ha impuesto como el preferido para la carga rápida. Muchas opciones que generaron incertidumbre y una ralentización de las inversiones y el despliegue de la infraestructura de carga.

Lo mismo podría ocurrir con la carga por inducción una vez se desarrollen sistemas efectivos si no se estandarizan tecnologías que faciliten su llegada a las carreteras. Empresas como Siemens, Mahle y WiTricity, actores clave en la carga inalámbrica, trabajan para no repetir errores del pasado y que la carga inalámbrica pueda desplegarse con efectividad.

Esfuerzos coordinados para su estandarización

Según confirmaron Siemens y Mahle, ambas compañías han firmado un acuerdo de colaboración para coordinar esfuerzos en la estandarización de sistemas y tecnologías para garantizar una interoperabilidad plena entre los coches y la infraestructura. El plan es desarrollar un sistema completo de carga inalámbrica por inducción que puedan adoptar operadores y fabricantes de coches para facilitar su despliegue en el mercado.

Ambas partes probarán sus tecnologías propias en “tests de interoperabilidad y uso cruzado” que afectarán tanto al equipamiento en el vehículo como al propio cargador para mejorar y validar sus tecnologías y para garantizar su interoperabilidad. Las dos compañías son socias, a su vez, de WiTricity, compañía dedicada especialmente a desarrollar un sistema de carga inalámbrica con enfoque global que puedan usar todos los coches. “El objetivo final”, dice Siemens, “es acelerar la madurez de las tecnologías de carga junto con los fabricantes y los socios de infraestructura”.

La carga inalámbrica se presenta así como la gran alternativa al enchufe para el futuro y como una tecnología que facilitaría la penetración de la movilidad eléctrica en ciertos contextos.