Peugeot tiene muchas señas de identidad, pero sin lugar a dudas una de las más destacables es i-Cockpit, un puesto de conducción que se caracteriza principalmente por su pequeño volante y su instrumentación elevada, y que resulta perfecto para la conectividad total entre usuario, coche y smartphone, que demanda el cliente 2.0. Pero antes de entrar a analizarlo en profundidad, veamos cómo ha evolucionado el interior de los coches en el último siglo.

En el siglo XIX todos los mandos con los que contaba el conductor a su alrededor para manejar elementos como la ventilación, la radio, o los limpiaparabrisas, eran sistemas completamente mecánicos con conexiones físicas. A finales del siglo aparecieron los primeros botones y diales para sustituir algunos mecanismos. Éstos se convirtieron en imprescindibles, hasta el punto de ver consolas centrales literalmente plagadas de botones para todo tipo de usos. Una invasión a la que se puso fin recientemente con las pantallas táctiles. En éstas se podían aglutinar todos los sistemas sin ocupar apenas espacio. Pero también se abusó de ellas y prácticamente desaparecieron los botones físicos, como sigue sucediendo el algunos modelos actuales. La mejor solución es una combinación lógica entre lo físico y lo digital, aglutinando sistemas más secundarios en la pantalla, y dejando los más recurrentes como la climatización o el volumen del sistema multimedia con botones clásicos.

Un buen ejemplo de este maridaje lo encontramos precisamente en el i-Cockpit de Peugeot, que en su última evolución presentada en el nuevo 308 2022308 2022, se optimiza y moderniza todavía más. Sigue ofreciendo una instrumentación elevada para no apartar la mirada de la carretera, que se visualiza por encima de un pequeño volante achatado por arriba y por debajo, una gran pantalla en la consola central orientada al conductor, y como novedad suma ahora los i-toggles. Pero analicemos uno por uno estos elementos.

Instrumentación elevada y volante pequeño

Al contrario que la inmensa mayoría de cuadros de instrumentación, el i-Cockpit no lo muestra a través del volante, sino por encima de éste. Se trata de un segmento pequeño y alargado en el que se muestra toda la información relativa a la conducción. Para poder visualizarlo, el volante es pequeño y cuenta no sólo con un achatamiento inferior, sino también superior. Esta combinación se ama o se odia. Hay gente que le acopla a la perfección y que está encantada con el fácil manejo del pequeño volante, y otra a la que le es imposible conducir cómodo y poder ver la instrumentación sin que la tape el volante. A lo que hay que sumarle la extrañeza de no contar con un volante redondo.

Pantalla central con i-toggles

La nueva generación el i-Cockpit ofrece una pantalla central más grande, con mejor resolución, con un sistema más rápido y fluido y con una mayor número de funciones y configuraciones. Pero si por algo se distingue esta sección es por la aparición e los i-toggles. Es la máxima expresión e esa conectividad que busca el usuario en los coches modernos, ya que se trata de seis grandes botones digitales que se sitúan bajo la pantalla central para funcionar como accesos directos a las funciones escogidas por el propio usuario. Es lo más parecido a los widgets o accesos rápidos que tenemos en nuestro móvil. Se pueden destinar infinidad de funciones: a una estación e radio determinada, a una climatización preconfigurada, a la navegación, al mirror screen, o a un contacto de la agenda para llamarle simplemente pulsando ese botón. Además, en este último caso, si tenemos su foto en la agenda de nuestro móvil aparecerá también en el i-toggle.

Control por voz 'Ok Peugeot'

Lo último en el manejo de los sistemas del vehículo no son ni los botones ni las pantallas, sino los comandos de voz. Ésta función ya nada tiene que ver con los primeros sistemas que funcionaban de mal en peor con arcaicas palabras clave y mediante un patrón definido. Ahora se habla con el coche con un lenguaje natural y se le piden las cosas al igual que hablarías a un amigo: “tengo frío” para que suba la climatización, o “tengo hambre” para que busque en el navegador un restaurante. En el caso de la firma francesa basta con decir ‘Ok Peugeot’ para que el coche comience a escucharte para pedirle lo que necesites.

Podemos decir que el Peugeot 308 con su i-Cockpit es de los coches más orientados hacia la perfecta conectividad con el usuario, pero por suerte ha mantenido los botones físicos para algunas funciones básicas como la climatización y el volumen, ya que la modernidad nunca puede estar reñida con la lógica y la funcionalidad.