Tras asistir en el pasado mes de mayo a lapresentación estática del Kia EV6 en Madrid, nos quedamos con unas ganas terribles de ponernos a sus mandos, ya que la firma coreana prometía un comportamiento excepcional, gracias a un compromiso entre confort y dinamismo que marcaría la pauta entre los coches eléctricos de su categoría. Ahora, tras tener la oportunidad de probarlo en su presentación internacional realizada en Málaga, podemos decir que Kia ha cumplido con su promesa.

Nada más llegar realizamos unas pruebas en circuito cerrado donde comprobamos su apabullante capacidad de aceleración y frenada, su estabilidad y agilidad, y su avanzada tecnología en materia de seguridad. El primer test consistió en una especie de ‘drag race’ en la que el EV6 competía contra sí mismo y enfrentaba su capacidad de aceleración y frenada, ya que tras salir desde parado pisando a fondo debía detenerse por completo unos cuantos cientos metros adelante y en un espacio muy reducido.

Para esta y las demás pruebas utilizamos la versión de 325 CV y tracción total, que con sus 605 Nm de par motor de entrega inmediata ofrece una capacidad de aceleración que ya quisieran para sí algunos deportivos. Pero la fuerza de frenada no se queda atrás, si bien no es lo que más nos sorprendió del EV6. Nos quedamos antes con la naturalidad del sistema, que ofrece una buena resistencia en el pedal y una dosificación perfecta de la frenada, sin que sea posible detectar cuando funciona la tecnología de regeneración y cuando entra a escena la mordida física de los discos.

En el segundo test un instructor puso a prueba los sistemas de cámaras y radares con los que el EV6 es capaz de frenar por sí mismo si detecta un coche detenido delante o si se cruza por delante nuestro un peatón u otro vehículo. Ese mismo conglomerado de cámaras y radares sirve para disponer de un sistema de aparcamiento autónomo que se puede controlar incluso desde fuera del vehículo como pudimos comprobar. Otra curiosa prueba fue completar una yincana con un EV6 que tenía los cristales pintados de negro, con lo que sólo podíamos guiarnos a través de las cámaras perimetrales del coche.

Y finalmente Kia puso de manifiesto el dinamismo del EV6 a través del clásico circuito de conos. Es ahí donde comprobamos que los esfuerzos de los ingenieros por hacer de práctico vehículo eléctrico un auténtico deportivo habían dado sus frutos. Logramos completar el eslalon en un tiempo muy reducido gracias a la estabilidad del coche y a la facilidad con la que es capaz de cambiar de pesos. Y ello es gracias a la avanzada estructura de la plataforma E-GMP que permite ubicar las baterías muy abajo y en un suelo plano que rebaja el centro de gravedad. Además el reparto de peso es casi igualitario, con un 53:47, sin dejar de mencionar la efectividad del avanzado sistema de suspensiones que mantiene firme al coche. Su innovadora tecnología comprende los componentes normales del amortiguador y de la suspensión, pero también añade un pistón adicional para ajustar la presión en el conjunto de discos durante la fase de extensión. Este dispositivo puede variar la fuerza de amortiguación en extensión según la frecuencia del movimiento de la rueda. De esta manera, la fuerza de amortiguación en extensión se ajusta dinámicamente en función de la frecuencia de vibración inducida por las irregularidades de la carretera.

Prueba del EV6 en carretera abierta

Pero lo mejor llegó con los test por carretera abierta. Para esta primera toma de contacto en conducciones de conducción reales escogimos la versión que creemos que más demanda tendrá en nuestro país: la que monta un sólo motor eléctrico de 229 CV en el eje trasero y que se alimenta de una batería de 77,5 kWh, lo que le otorga la mayor autonomía de toda la gama con 528 kilómetros. Hay que recordar que existen también variantes con batería de 58 kWh, con tracción total, y con dos motores, con las que se consiguen rangos de prestaciones y autonomía distintos para adaptarse a cualquier demanda.

La versión escogida ofrece potencia más que de sobra, gracias a sus 229 CV, pero sobre todo a los 350 Nm de par motor de entrega inmediata. Además, existen distintos modos de conducción con los que se puede acentuar la eficiencia o el dinamismo del vehículo, así como niveles de retención de la frenada regenerativa entre los que se incluye la conducción con un sólo pedal.

Pero más allá de las bondades del motor lo que más nos sorprendió del EV6 fue su comportamiento. Un centro de gravedad muy bajo, la colocación de las baterías en el suelo del vehículo, un reparto de pesos delante detrás casi perfecto, y el extraordinario trabajo realizado en la puesta a punto de la dirección, la amortiguación y los frenos, hace que se pueda ir extraordinariamente ‘rápido’ con el EV6. Y no nos referimos a la velocidad punta, sino al gran ritmo que se puede mantener en puertos de montaña como comprobamos en la presentación. Este eléctrico ofrece tal seguridad con su pisada, tacto de conducción y capacidad de frenada, que uno se atreve a realizar conducciones deportivas similares a las que mantendría en modelos de combustión mucho más ligeros.

Si tuviésemos que decir algo malo del comportamiento del EV6, quizá sería que la suspensión se nota algo ‘rebotona’ en la parte alta; quizá por ese tacto que le otorga ese pistón adicional para ajustar la presión durante la fase de extensión. No supone un compromiso ni para la seguridad ni para la estabilidad, pero sí fue algo que notamos con el paso de los kilómetros.

Por lo que respecta al consumo, éste va a depender mucho de cómo y por dónde se conduzca, como sucede con todos los eléctricos. Como sucede en la mayoría de eléctricos, el consumo resulta muy sensible a la velocidad. Siendo eficientes logramos dejarlo cercano a los 17 kWh cada 100 kilómetros; con una conducción despreocupada ascendió hasta los 20 kWh/km y divirtiéndonos en tramos de curvas con el modo sport subió hasta los 23 kWh/km.

En una de las rutas, Kia nos ofreció la posibilidad de comprobar la carga ultrarrápida del EV6 ‘repostando’ en un cargador IONITY. Hemos de admitir que no lo realizamos, ya que preferimos disfrutar más de la conducción, pero con su tecnología de 800V este modelo eléctrico puede pasar del 10 al 80% de la batería en solo 18 minutos, con 100 kilómetros de autonomía posibles en menos de 4,5 minutos.

La versión que probamos la mayoría del tiempo, con un solo motor, tracción trasera, potencia de 229 CV y batería de 77,5 kWh tiene un precio ‘desde’ de 38.600 euros, si bien el EV6 con la batería de 58 kWh y tracción trasera está disponible por tan sólo 34.700 con todas las ayudas y campañas posibles, además de la financiación de la marca.

En este artículo hemos querido centrarnos más en las impresiones de conducción del Kia EV6 ya que era la primera vez que lo probábamos, pero en este reportaje que hicimos el día que asistimos a su presentación estática tenéis toda la información de diseño, equipamiento y precios (actualizados).