La Fórmula 1 no es una de mis modalidades favoritas en el automovilismo, aunque desde que empezó a correr Fernando Alonso comencé a seguirla más de cerca, y ahora, cuando ha vuelto, junto con la presencia de Carlos Sainz, procuro ver en directo todas las carreras. Hace unas semanas, en el circuito de Silverstone, Hamilton y Verstapen se vieron involucrados en un incidente, que resultó con la salida de pista del holandés. Y el domingo pasado, en el circuito de Monza tuvieron otro, cuando Hamilton tras salir de boxes se emparejó con Verstapen, y al llegar a una ese el británico entró por el interior y al cerrarse para tomar la segunda curva se encontró con el monoplaza del rival literalmente encima, al salir volando tras pisar el piano del interior. Al final los comisarios deportivos sancionaron a Verstapen. No voy a comentar aquí quién tuvo la culpa en ambos incidentes, pero me decepciona que los dos candidatos al título corran así. Damon Hill, expiloto de Fórmula 1, ha comentado esta semana: «Escucho esto todo el tiempo, es un incidente de carreras, déjelos correr. El trabajo de un piloto es no chocar contra otro, esto es Fórmula 1, se supone que se trata de juicio, habilidad y buenas decisiones. No es así como queremos que se decida el campeonato». Totalmente de acuerdo, si no rectifican, parecerán lo que he puesto en el titular.