Bodegas Robles, santo y seña de la producción ecológica en Andalucía y referente de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Montilla-Moriles, conmemora en este mes de agosto una efeméride muy especial. Y es que, hace justo diez años se presentaba la nueva etiqueta CO2 verificado, a través de la cual la firma montillana se proponía reducir los efectos del cambio climático.

La iniciativa, pionera en toda Europa, contó con el respaldo de la Junta de Andalucía, a través de su Dirección General de Calidad e Industrias Agroalimentarias y, desde entonces, ha permitido al consumidor «decidir si, con sus compras, quiere colaborar en la mitigación de los efectos del cambio climático», tal y como explicó Francisco Robles, quien hizo hincapié en que su empresa «adquirió hace una década un compromiso público, certificado ante la sociedad por una entidad independiente, de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al producto que el consumidor está adquiriendo».

Tras tomar mediciones de la huella de carbono que generaban los productos que comercializaban, Bodegas Robles decidió establecer una serie de planes con varias medidas concretas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en sus procesos productivos.

«La iniciativa supuso un gran reto y, al mismo tiempo, una gran oportunidad al identificar, valorar y actuar en todo el proceso productivo de nuestros vinos ecológicos, dando así un valor añadido y diferenciador con respecto a los productos de la competencia», apuntó el gerente de Bodegas Robles.

De esta forma, con la información que desde hace diez años aparece en la etiqueta CO2 verificado, el consumidor puede obtener, de primera mano, la información necesaria para comprobar que los vinos ecológicos de Bodegas Robles, además de elaborarse con prácticas respetuosas con el medio ambiente, han tenido en cuenta la metodología para reducir de forma continua las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, contribuyendo así a mitigar los efectos adversos del cambio climático.