La Asociación de Artesanos Solano Salido dio su último adiós al escultor montillano Francisco Julián Márquez Luque, que falleció el pasado mes de julio a los 87 años de edad en la vecina localidad de Aguilar de la Frontera, donde residía desde hacía años junto a su esposa, Antonia Ariza.

Nacido en Montilla el 6 de junio de 1933 en el seno de una familia de orfebres, Francisco Julián Márquez emigró a Argentina, donde se estableció en la ciudad de Berazategui, considerada como la capital nacional del vidrio.

Discípulo del italiano Antonio Sassone, Francisco Julián Márquez se formó como escultor en la Mutualidad de Estudiantes Egresados de Bellas Artes, concluyendo sus estudios en 1957. A partir de ese momento, desarrollaría su obra, imbuida de la estética del realismo artístico, con trabajos tan notables como el busto a Patrick Pearse que preside la plaza Irlanda? del barrio de Caballito en Buenos Aires.

En 1988, regresó a España e inició un nuevo período de su obra, compaginando la creación artística con la docencia en la Escuela Taller, con obras tan reconocibles como el monumento a la Madre del Paseo de Las Mercedes.