Se aproxima el mes de diciembre y, por excelencia, el mes de las ‘memorables’ cenas de Navidad donde, por unas horas, los compañeros de trabajo compartimos mesa y mantel en un ambiente distendido y ameno lejos de la oficina.

Muchas personas dan por hecho que este tipo de eventos constituyen un paréntesis en su relación laboral, y que no importa hacer determinadas cosas que están totalmente prohibidas en la oficina; y hasta cierto punto es así, pero NO es aconsejable pensar que, como en Las Vegas, lo que ocurre en la cena de Navidad se queda en la cena de Navidad.

En este sentido hay que tener presente que las celebraciones de empresa siguen siendo parte del trabajo (informalmente, claro, pero lo son) y aunque son una buena excusa para pasar tiempo con los compañeros, no se debe dejar de tener presente que se tienen alrededor los jefes. Por ello, aquí van algunos consejos para no lamentar bochornos a la mañana siguiente:

No se debe beber demasiado. Bajo ningún concepto se debe emborrachar en la cena de Navidad. ¿Pero si lo hace todo el mundo? Sí, pero unos más que otros, y todas las grandes meteduras de pata las cometen aquellos que se han pasado con la bebida. Intentar beber con moderación. Si no se puede controlar, es mejor que no se vaya.

Se recomienda no bailar de forma inapropiada. Existen casos de gente que acaba en la calle por bailar de forma «inapropiada» en una fiesta de empresa (casos extremos también sea dicho), es bochornoso y da muy mala imagen. ¿Y qué puede considerarse inapropiado? Cualquier movimiento que imite una conducta sexual u obscena es peligroso si los colegas están presentes. Si se duda, mejor es sentarse. Por mucho que se piense que no vas a beber nada, es muy fácil acabar tomando el suficiente alcohol como para dar positivo en un control de alcoholemia. Si encima se ha ofrecido a llevar a algunos compañeros a su casa el marrón puede ser épico, por eso es mejor utilizar taxi o transporte público. Los líos entre colegas son la comidilla de toda cena de empresa que se precie. El problema de los ‘líos amorosos’ surgidos en la cena de empresa es que suelen estar inducidos por el alcohol, sin tener en cuenta las jerarquías y en un contexto que nada tiene que ver con el de la oficina, y esto puede generar numerosos problemas. Lo mejor: no intentar ligar con nadie, pero sí es bueno darse a conocer.