El curso político se inicia en Córdoba y en el resto del país con la sombra de la repetición de elecciones sobrevolando las sedes de los partidos y las cabezas de los ciudadanos. Si Pedro Sánchez no logra ser investido antes del 23 de septiembre, se disolverán las Cortes Generales y se volverán a convocar elecciones. La fecha de esos nuevos comicios sería el 10 de noviembre, previa celebración de una nueva campaña (la tercera del 2019), que alteraría las dinámicas administrativas como ocurre siempre que se pone en marcha un proceso electoral.

«Si se convocan elecciones, la prioridad será eso y saldremos a darlo todo», afirma Adolfo Molina, presidente provincial del Partido Popular de Córdoba. Su homólogo en el Partido Socialista, Antonio Ruiz, asegura que, en el caso de una repetición electoral, su partido estaría «como siempre: activo y preparado», pero recuerda que «el resultado de las elecciones fue claro y los españoles hablaron de manera clara». Por eso, explica, su intención es «seguir trabajando para mantener un Gobierno central de progreso que vele por la ciudadanía y sus derechos, en contra de las políticas de la derecha y la ultraderecha que gobiernan Andalucía», sostiene Antonio Ruiz.

En Cs niegan la mayor al asegurar que pase lo que pase no habrá parálisis administrativa: «La mejor forma de prepararse para un adelanto electoral es seguir trabajando en las instituciones. En Cs no somos de cálculos electoralistas», afirma el diputado de esta formación en el Congreso Marcial Gómez, quien no ve muy claro que finalmente se vayan a repetir las elecciones.

Si efectivamente no hubiera repetición electoral, las formaciones dedicarían sus esfuerzos en este inicio del curso político a labores internas y a fortalecer sus estructuras en los pueblos de la provincia. «Desde el PSOE de Córdoba seguiremos prestando apoyos a todos nuestros municipios, ya sea desde el gobierno allí donde gobernemos, o a través de los grupos municipales, donde seamos oposición», comenta el secretario de los socialistas cordobeses.

«En el PP aprovecharíamos, ahora que disfrutamos de una gran unidad, un tiempo sin elecciones para fortalecer el partido en todos los pueblos de la provincia, y para darle sitio a gente muy válida que se acercó a nosotros en las municipales», explica Adolfo Molina, para quien es fundamental ir preparando las próximas municipales, tanto en sitios como la capital, donde gobiernan con Cs, como donde no lo hacen y deben construir una alternativa.

Además, PP y Cs tienen pendiente reorganizar sus bases después de haber colocado a sus primeros espadas, mandos intermedios y pelotón de tropa en las administraciones que, como la Junta de Andalucía o el Ayuntamiento de la capital cordobesa, gobiernan desde el 2 de diciembre.

En la Administración autonómica, PP y Cs tienen ante sí el reto de los presupuestos y la búsqueda de acuerdos para sacarlos adelante. Por su parte, a nivel andaluz, el PSOE anuncia que estará «vigilante» con las actuaciones que lleve a cabo la Junta de Andalucía, «especialmente en lo que a pérdida de derechos y privatización de servicios públicos se refiere», dice Antonio Ruiz.

En el plano local, PP y Cs entienden que el verano ha sido el tiempo de «atender las urgencias herencia de la mala gestión del Gobierno anterior», dice Marcial Gómez, «y ahora toca poner en poner en marcha los acuerdos para reactivar la economía cordobesa, atraer empresas y turismo». PSOE, IU y Podemos, por su parte, se preparan para armar una oposición consistente.