Miguel Ángel López acumula más de 9 años de servicio como interino. «Aprobé la oposición en el 2007 y empecé trabajando por pueblos, con sustituciones de un mes, de cindo días, te tenías que quedar en hoteles porque nadie te alquilaba un piso para esos periodos tan cortos y te costaba el dinero trabajar, pero lo hacías para conseguir los puntos», explica. Con el tiempo, empezaron a llamarlo para hacer sustituciones más largas y avanzó en la bolsa de interinos hasta que logró una vacante informatizada. Elegía Educación de adultos, que tiene menos demanda, «necesito una plaza con cierta estabilidad para cuidar de mis padres, ya que ambos son dependientes, mi padre está con una máquina de oxígeno y mi madre tiene un problema cardíaco y yo soy quien cuida de ellos», explica. El año pasado, estuvo en Alcolea, e iba y venía para cuidarlos, pero este curso ha pasado «de esa estabilidad a no tener destino». En junio, se presentó a la oposición, «aunque ya no estamos obligados», recuerda, pero tuvo problemas en el tribunal. «Tengo motivos para creer que me cambiaron el examen, pero solicité verlo para comprobar al menos que era mi letra y me lo denegaron», explica, así que se quedó sin completar el resto de exámentes. La esperanza de Miguel Ángel, como la del resto de interinos está depositada en las «vacantes sobrevenidas» que se produzcan el próximo 4 de septiembre. «Elegí toda Andalucía para tener más opciones de obtener una vacante y no sustituciones y desplazar a mis padres si fuera necesario, pero ahora no sé qué va a pasar».