Cuando los socialistas cordobeses aseguraban esta misma semana que acatarían la decisión del PSOE federal y los cambios que Pedro Sánchez impusiera a las listas al Congreso y al Senado propuestas desde Córdoba estaban asumiendo que el sanchismo iba a barrer al susanismo también en la provincia. Y así ha sido. Como era previsible, la dirección nacional socialista hizo valer ayer su poder y transformó ambas listas. El secretario general y presidente del Gobierno quiere garantizarse un grupo parlamentario de personas afines a él, y por ello ha dado un vuelco a la plancha de nombres integrando entre ellos a compañeros de su confianza o a personas que se han ido acercando en estos últimos tiempos a sus postulados.

Es el caso de la exdelegada del Gobierno andaluz Rafi Crespín, que sustituye como número dos en el Congreso a María Jesús Serrano, actual diputada que ha jugado un papel muy activo en las filas de Susana Díaz, formando parte incluso de la gestora que se hizo cargo del PSOE cuando Sánchez se vio obligado a dimitir por la presión de los barones. Serrano ha sido relegada al número tres de la candidatura del PSOE de Córdoba al Senado, Cámara en la que ahora solo tienen un representante.

Crespín ha sido una de las sorpresas de la nueva plancha confeccionada por Ferraz. No ha destacado precisamente por ser una defensora a ultranza del sanchismo, pero sí es cierto que de un tiempo a esta parte se ha ido alejando de las tesis de la dirección provincial, próxima a Susana Díaz. Tanto es así que en el 2017 amagó con disputarse la Secretaría General del PSOE de Córdoba con Antonio Ruiz, aunque finalmente se integró en su candidatura y se convirtió en secretaria de Organización. Ahora, su distanciamiento con la dirección se antoja más evidente. Crespín escribió ayer en redes sociales poco después de conocerse la decisión de Madrid, y hacía el siguiente comentario: «Llevar a mi gente y mi pueblo allá donde vaya es mi fuerza. Seguiré trabajando fiel a mis principios y mis ideas».

En el número uno al Congreso se mantiene el ministro de Agricultura, Luis Planas, impuesto por Ferraz. Detrás de Crespín figuran Antonio Hurtado, diputado en la actual legislatura; Teba Roldán, una de las afines a Sánchez en Córdoba; el alcalde de El Viso, Juan Díaz Caballero, y María Josefa Jurado. La candidatura al Congreso la completan, como suplentes, el vicepresidente cuarto de la Diputación, Salvador Blanco; la exdelegada de Fomento de la Junta Josefa Vioque Zamora; Julio Salas Martos y Ana Isabel López Pachón. De este modo, la exdelegada del Gobierno de la Junta Esther Ruiz, propuesta por la dirección provincial, queda fuera de la lista. Teba Roldán, por su lado, apuntó que «es lógico y normal que Pedro Sánchez se quiera rodear de personas de su confianza, como lo hace todo el mundo». «Yo estoy encantada de que cuente conmigo».

Por su parte, la lista definitiva para el Senado que aprobó ayer el Comité Federal no tiene nada que ver con la que salió adelante con el apoyo de la dirección socialista. Francisco Javier López Casado, exalcalde de Villafranca; Aurora Barbero, diputada provincial, y Francisco Zurera, exdelegado de Agricultura, eran los nombres que figuraban como candidatos a la Cámara Alta. Ahora, no hay rastro de ellos. En su lugar, la exdelegada de Salud María Ángeles Luna figura como número uno. «Es una responsabilidad enorme encabezar la candidatura al Senado», indicó ayer Luna, quien recordó que las agrupaciones de la provincia propusieron su nombre para integrar dicha plancha, si bien la dirección socialista de Córdoba optó por otras personas. «Yo siempre he dicho que estoy aquí para trabajar por el PSOE y la provincia, y así será», afirmó. El número dos de la lista es Alfonso Muñoz, sanchista destacado en la provincia, y la cierra María Jesús Serrano.

El secretario general del PSOE cordobés no quiso valorar ayer los cambios impuestos por Ferraz. Sea como sea, ya había dicho que los respaldaría.