El nuevo presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, tomó ayer posesión del cargo en una solemne ceremonia celebrada en el Parlamento de Andalucía a la que asistieron un millar de invitados. Moreno reivindicó en su discurso de presentación el «enorme poder» de la comunidad, por lo que aseguró que no será una región «sumisa y silenciosa» y garantizó que no habrá ningún sueño colectivo que no se pueda conseguir «con la fuerza de la unidad».

Al multidundinario acto acudieron dirigentes y cargos del Partido Popular andaluz y nacional para ser testigos del cambio de ciclo en la comunidad después de más de 36 años seguidos de gobiernos socialistas. Moreno estuvo arropado por los líderes de dos etapas del PP, la que cerraron hace seis meses el expresidente Rajoy y la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, que fueron sus padrinos para situarlo al frente de partido en Andalucía, y la que representa hoy Pablo Casado, el actual líder del PP.

Bajo los focos y siguiendo la estela de los recientes protagonistas de la historia del PP, centenares de militantes y simpatizantes jalearon y aplaudieron a Juanma Moreno durante el trayecto que recorrió entre la puerta principal del antiguo hospital de las Cinco Llagas y la sala de usos múltiples, donde se desarrolló el acto. En este corto trayecto se produjo el reencuentro entre Rajoy, Casado y Soraya y el abrazo junto al busto de Blas Infante entre Moreno y Casado.

EL DISCURSO DE MORENO / Después de jurar el cargo ante el Estatuto de Autonomía y la Constitución Española, Moreno dijo en primer lugar que su Gobierno va a defender la unidad de España y mantendrá una «beligerancia activa» contra «cualquier embate con la solidez, convicción y fortaleza» de esta tierra, que consideró una «parte esencial de España». En otra fase de su discurso de toma de posesión, Moreno puso a Andalucía como modelo de «una forma de ser y actuar» que entiende el andalucismo y la españolidad «sin contradicciones» porque «no se concibe lo uno sin lo otro». El presidente de la Junta se comprometió a gobernar «de Andalucía para Andalucía» porque él no se debe «a ningún otro interés económico, político o personal» y apeló al «legado» de quienes fueron «pilares» de la autonomía, como Manuel Clavero. Defendió que su Ejecutivo será un «aliado fiel» del Gobierno de la nación porque la «confrontación» que se ha ejercido en estos años «ha restado oportunidades al progreso» de Andalucía, dijo en una crítica directa a los gobiernos socialistas precedentes.

También dedicó atención a quien fue su mentor político. Moreno reivindicó el Gobierno de Rajoy y el trabajo de Soraya Saénz de Santamaría. «En momentos muy difíciles, su buen hacer, la decisión reformista y su inteligencia fueron un seguro para Andalucía», dijo Moreno, quien añadió a continuación palabras para el presidente de su partido, Pablo Casado, con quien dijo que comparte «generación, principios e ideas» y que sabe de su «compromiso y amor» por España y Andalucía.

Moreno se mostró convencido de que estamos ante un «momento crucial de la historia» de Andalucía y aseguró que «muchas cosas no van a ser como antes. Asumo la responsabilidad histórica de dirigir un gobierno que construirá una nueva etapa», sostuvo el presidente.

Destacó que pretende liderar una «presidencia viva» que se nutra de la confianza de los andaluces y que Andalucía tiene que creer en sí misma para superar las dificultades, aunque advirtió de que el camino «no será fácil» porque son muchos los problemas y necesidades de la comunidad, entre los que situó el empleo como «uno de los grandes retos colectivos y el gran empeño de mi mandato».

Pese a las dificultades, Moreno defendió en su discurso -una síntesis del de investidura- la necesidad de llevar a cabo «reformas valientes» en todos los órdenes.

SAN TELMO NO SERÁ REFUGIO / Juanma Moreno dijo que no quiere ser «el presidente de una Andalucía sumisa y silenciosa», sino que dialoga y confía «en el enorme poder del entendimiento, con la cercanía y transparencia como señas de identidad». Para ello, no quiere que nadie vea San Telmo «como un refugio distante o inalcanzable, sino como la casa de todos los andaluces, la sede de una Presidencia abierta y sin nada que esconder».

«Andalucía es muy grande, ocho magníficas provincias y considero mi obligación que tiene que ser el presidente de la Junta quien se acerque a todos y cada uno de los rincones», garantizó el líder del Ejecutivo autonómico, quien se comprometió además a «llevar el Gobierno a los andaluces y hacerles sentir que tienen un presidente y un Gobierno a su servicio».

ACUERDOS CON EL GOBIERNO / En representación del Gobierno central acudió al acto de toma de posesión la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxel Batet, quien transmitió la «plena disposición del Gobierno de España» para abordar «conjuntamente y desde la cooperación institucional y el diálogo» las tareas del Ejecutivo andaluz.