Con una alegría desbordante y una masiva concurrencia, los cargos y dirigentes del Partido Popular dieron con su presencia en el Parlamento andaluz un aire de fiesta a la toma de posesión de Juanma Moreno como presidente de la Junta. No solo la ocasión merecía una asistencia digna y representativa, sino que el momento sirvió para conciliar momentáneamente y bajo los focos los asuntos de familia con encuentros y reencuentros en un patio renacentista como escenario. Una semana intensa tras el debate de investidura ha culminado con la toma de la Junta y ha enterrado las dudas del pasado. Desde todos los rincones de España llegaron tantos dirigentes del PP a Sevilla -entre ellos los presidente de Galicia, Madrid, Murcia, La Rioja, Ceuta y Melilla- que muy pocos desaprovecharon la oportunidad de formar grupos para fotografiarse unos y otros. Y así pasaron toda la mañana los invitados desde que Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado, acompañado de su esposa, Isabel Torres, sin frialdad entre ellos, atravesaron las dos luces del mediodía que dividían la puerta de las solemnidades del antiguo hospital de las Cinco Llagas. Dos etapas del PP que volvieron a encontrarse en el día de Juanma Moreno. Pese a la expectación, ni Rajoy ni Soraya dijeron nada destacado que no fuera felicitar al nuevo presidente y subrayar que están retirados de la política.

La presencia de populares fue avasalladora. Muchos años de espera merecían una multidudinaria presencia para arropar a Juanma Moreno. Si no fuera por la presencia destacada de los expresidente Rodríguez de la Borbolla y Manuel Chaves, nadie habría echado la vista atrás para recordar los orígenes de la Junta. Susana Díaz cumplió su promesa de asistir a la ceremonia, pero se situó en el lugar asignado por el protocolo a los portavoces de los grupos parlamentarios.

Los que han oído estos días a Juanma Moreno se emocionaron tanto como él cuando en su discurso recordó a su padre, que ayer habría cumplido 78 años. Se le quebró la voz a él y su familia, hermanas, madre e hijos pequeños, no pudieron evitar las lágrimas, lo que provocó un sentido aplauso por parte de los asistentes. Pero no acabó aquí la carga emocional del discurso en sus últimas líneas. También quiso compartir con su mujer, Manuela, el éxito. «Hemos hecho el camino juntos y juntos decidimos hacerlo en Andalucía». Más lágrimas y más reconocimientos, con especial gratitud a Rajoy y a Soraya, muy emocionada toda la mañana, que aplaudía a Moreno entusiásticamente sin quitarse los guantes. Tuvo un especial agradecimiento a los expresidentes del Partido Popular andaluz Teófila Martínez y Javier Arenas, también en su tiempo candidatos a la Presidencia de la Junta. De Teófila destacó el carisma y la determinación y de Arenas, su dedicación y amor a Andalucía. No pudo evitar que se le saltaran las lágrimas a quien en 2012 ganó las elecciones autonómicas pero no pudo gobernar por un pacto de izquierdas. Al acto asistieron Hernández Mancha y Gabino Puche, que también intentaron llegar a la Junta. Con las emociones a flor de piel aún, sonó en la sala el himno de Andalucía y los sentimientos se ensancharon. Y luego el himno nacional español. Con paciencia y sonrisa sin desmayo, Moreno estrechó la mano a todos los invitados.