Vicente Rodríguez-Estévez es profesor del Departamento de Producción Animal de la Universidad de Córdoba y coordinador del proyecto LIFE LiveAdapt.

-¿Cuál es la situación de partida de las explotaciones ganaderas de Córdoba, qué efecto ha tenido hasta ahora el cambio climático en la dehesa?

-El cambio climático ha llegado despacio, pero sus efectos son evidentes. En nuestras fincas hay enfermedades reemergentes como la lengua azul debido a que el vector, que es un mosquito que desaparecía en invierno, ahora es capaz de soportar los inviernos porque son más suaves. Tenemos problemas en los que también participa el cambio climático relacionados con la producción de los pastos y, con el mantenimiento de la arboleda en la dehesa, porque al problema de la seca se añaden otros por estrés hídrico y la falta de pastos derivada de la reducción de precipitaciones que hace que el ganado tenga menos alimento en el campo y esto lleva además a situaciones de sobrepastoreo y a que el ganado llegue a comerse los nuevos arbolitos.

-¿La situación de las explotaciones es muy preocupante?

-Hay que ir adaptándose cuanto antes. Hay modelos predictivos que indican que habrá otoños sin aguas, primaveras más cortas, veranos más calurosos, episodios de lluvias más fuertes, y todo eso juega en contra. Hace tiempo que deberíamos habernos puesto a hacer la tarea y ya vamos tarde. El problema es que los ganaderos están solos porque aunque se hacen estudios y hay expertos internacionales que avisan de lo que está ocurriendo, ellos solos no pueden tomar medidas, necesitan ayuda de la administración y políticas agrarias adecuadas.

-¿Qué importancia tiene salvar este tipo de explotaciones?

-Cuando hablamos de ganadería extensiva hablamos de explotaciones que ayudan a gestionar un territorio y a mantener el equilibrio de los ecosistemas en los que se encuentran. Si no tuviéramos en Los Pedroches este tipo de ganadería, o en otras comarcas como el Alto Guadiato, nos encontraríamos un bosque mediterráneo con riesgo permanente de incendio, sin puestos de trabajo salvo lo que viniera de la caza porque este bosque no es maderero, no produce otra cosa, mientras que así producimos riqueza, alimentos de alto valor, puestos de trabajo y mantenemos el medio ambiente, generamos biodiversidad, contribuimos a fijar carbono en el suelo gracias a los pastizales y a unos árboles que no corren riesgo de arder porque el ganado mantiene a raya la vegetación que elevaría el riesgo de incendio si no hubiera ganadería. La ganadería extensiva es un bien para toda la sociedad, consuma o no carne. Si perdemos ese sistema perdemos todos, no solo los ganaderos.

-¿Qué va a hacer LIFE LiveAdapt y con qué objetivo?

-En este trabajo se van a hacer acciones demostrativas en diez explotaciones, vamos a investigar cuestiones sobre el uso y ahorro del agua, sobre eficiencia en el uso de los recursos forrajeros, y todo lo que tiene que ver con sanidad animal, los ciclos de las enfermedades parasitarias, un uso más racional de los antiparasitarios, que llevará a recuperar las poblaciones de escarabajos peloteros y lombrices de tierra que están muy deterioradas por uso incorrecto uso, y son muchas las especies afectadas. Uno de los objetivos es adaptar los tratamientos a los ciclos de los parásitos y buscar alternativas porque es fundamental favorecer la presencia de esta fauna invertebrada. En una comarca como Sierra Morena puede haber más de 50 especies distintas de escarabajos peloteros, pero hay muy pocos en este momento. Esto hace que el estiércol se quede en la superficie y no sea integrado en el suelo por lo que perdemos fertilidad, perdemos fijación de carbono a nivel de suelo, capacidad de retención de agua y además emitimos más gases de efecto invernadero, con lo cual contribuimos a aumentar el calentamiento del planeta. Otro problema es el relativo a las alteraciones climáticas. El año pasado no hubo otoño y el anterior hubo una primavera muy corta. Esto afecta a los ciclos de las plantas de las que se alimenta el ganado. Una de las acciones del proyecto será ensayar la introducción de variedades de herbáceas que ya existen en nuestros pastos y reforzar sus poblaciones para que el ganado tenga más comida. Esto se va a ensayar en un mínimo de diez explotaciones, aún no se saben cuántas serán en Córdoba. Deberán cumplir ciertas características para que puedan cubrir las necesidades que se investigan en el proyecto, tanto la parte de los parásitos, la fauna invertebrada y los pastos.

-¿Qué pueden hacer ya los ganaderos?

-Una de las cosas que pueden hacer es adecuar sus cargas ganaderas a la disponibilidad de recursos teniendo en cuenta la variabilidad de los mismos y las variaciones interanuales y las previsiones de menor pluviometría. Es decir, evitar la sobreexplotación y hacer un uso más racional de los antiparasitarios y será necesario cambiar el manejo y los productos usados ante situaciones de más sequedad. Es posible que algunos parásitos se vean perjudicados por el cambio climático mientras que otros podrían verse favorecidos.

-¿Están formados los ganaderos?

-Uno de los objetivos de este proyecto es desarrollar vídeos muy breves y fichas demostrativas que sirvan de guía de buenas prácticas para el manejo y adaptación a situaciones de cambio climático y que esté disponible y sea fácil de entender por cualquiera. Los resultados se elevarán a Bruselas y al Gobierno para que influyan en las políticas agrarias y se apoye debidamente a nuestra ganadería.