La Encuesta de Ocupación Hotelera hecha pública por el Instituto Nacional de Estadística ha vuelto a indicar la tendencia iniciada a principios de año, que refleja el descenso del número de viajeros que llegan a Córdoba y eligen los establecimientos hoteleros para su estancia. Entre enero y septiembre de este año, Córdoba acumula ya una caída del 5,27% de turistas alojados en hoteles, pasando de 932.875 en el mismo periodo del 2017 a 883.713 en el 2018. Esta realidad tiene su reflejo en la estancia media que registran, 1,61 días, la media más baja de toda Andalucía, por detrás de Jaén, con 1,73 días, y a distancia de otras provincias donde se supera ampliamente los dos días de media, que en Andalucía se sitúa en 3,08 días.

El número de pernoctaciones también reproduce el desplome, algo menor, con una disminución del 2,3% en el acumulado de enero a septiembre, con 34.555 estancias menos que el año pasado en los nueve primeros meses del año.

La mayoría de los viajeros que eligen los hoteles para su estancia en Córdoba son españoles, frente a los extranjeros, cuyas visitas y pernoctaciones siguen cayendo. El dato de septiembre también es peor que el del año pasado, con 9.162 viajeros menos alojados.

La delegación de Turismo del Ayuntamiento, encabezada por el concejal Pedro García, eludió ayer hacer valoraciones sobre esta caída, que según fuentes municipales, es reflejo de la tendencia de los viajeros a alojarse cada vez más en otro tipo de establecimientos, como los apartamentos turísticos, que en agosto registraron un aumento del 20% en las pernoctaciones.

Los representantes del sector achacan este descenso a dos factores. Manuel Fragero, presidente de la Asociación de Empresarios Hosteleros de Córdoba (Aehcor), cree que «el modelo de apartamento turístico está cuajando muy bien», a lo que se suma «la bajada importante del número de viajeros que llegan desde el extranjero» tras la recuperación de otros destinos como Egipto o Túnez. «Córdoba tiene que venderse como una ciudad de primera y para ello hay que mejorar la promoción exterior, contar con el aeropuerto y finalizar proyectos de ciudad importantes para el turismo como la Sinagoga, que sigue cerrada; el Palacio de Congresos, licitado solo parcialmente, o el Arqueológico, también pendiente de una remodelación integral», recalca Fragero.

Por su parte, Francisco de la Torre, presidente de Hostetur, cree que el mes de septiembre, y espera que también octubre, no han sido meses del todo malos para la hostelería «gracias al empujón que ha supuesto el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad para Medina Azahara», un título que, en su opinión, «la ciudad tiene que rentabilizar desde el punto de vista turístico y no perder la inercia».