Medina Azahara ya es Patrimonio de la Humanidad, un reconocimiento largamente deseado que da a Córdoba su cuarto título mundial y que se hizo realidad ayer en la asamblea del Comité de Patrimonio Mundial celebrada en Baréin, donde, en apenas diez minutos y sin ninguna objeción por parte de los países miembros, la candidatura de la ciudad califal pasó a ser inscrita en la exclusiva lista de la Unesco. Este cuarto reconocimiento, unido a los que comparte con el flamenco y la dieta mediterránea, coloca a la ciudad en un lugar de privilegio en cuanto a títulos mundiales. La alegría, la emoción y la euforia no se hicieron esperar en el recibidor del centro de recepción del yacimiento, donde se reunió un buen número de autoridades, personalidades de la cultura, artistas y ciudadanos, que quisieron seguir en directo la decisión de la asamblea. Con nervios contenidos, y tras una espera más larga de lo prevista debido a los debates de las anteriores candidaturas --las dos italianas--, un representante del Icomos expuso el expediente de la candidatura cordobesa, de la que destacó su «auntenticidad y excepcionalidad» al considerarse «un testimonio único de la cultura islámica occidental».

«Medina Azahara es una ciudad arqueológica construida en el siglo X por la dinastía Omeya como sede del califato de Córdoba. La ciudad floreció durante un breve periodo, pero fue destruida posteriormente, y los restos arqueológicos han permanecido cubiertos durante cerca de mil años hasta que se descubrieron a mitad del siglo XX», recordó el representante del Icomos, que subrayó que la candidatura cumple con su protección legal, aunque también habló de los reparos del órgano asesor de la Unesco sobre la presión urbanística de las parcelaciones ilegales que rodean al conjunto arqueológico.

RECOMENDACIONES // Pese a que también valoró que el sistema de gestión es «adecuado», solicitó, como ya se pedía en el informe remitido por el Icomos hace apenas un mes y medio, «una financiación que garantice su futuro». La última recomendación tuvo que ver con su denominación, aconsejando cambiarla por el nombre histórico de la ciudad califal, Madinat al-Zahra, frente al que se usa popularmente, un tema que se convirtió en el único que generó algún pequeño debate por parte de los países que intervinieron tras la exposición de la candidatura: Brasil, Noruega, Francia y Túnez.

La delegación 'cordobesa en Baréin brinda por el título. CÓRDOBA

Tras felicitar a España por «este ejemplo tan notable de trabajo continuo en la preparación del dossier», el representante de Brasil destacó que «la ciudad califal de Medina Azahara proporciona unos conocimientos extraordinarios de la civilización Omeya», resaltando «la política de intervención mínima y la conservación del entorno natural del sitio como pilares de la autenticidad de este bien». También alabó «la implicación de las administraciones para garantizar la protección de Medina Azahara, que refuerza el trabajo conjunto para cumplir los requisitos de gestión y protección». Por su parte, Noruega felicitó a España por esta inscripción, apoyando «que mantenga el nombre por el que se la conoce», mientras que Túnez se inclinó por inscribir el conjunto arqueológico con su denominación árabe, aunque, matizó, «deberíamos tener coherencia con los nombres de los bienes inscritos». En cuanto a Francia, su representante felicitó a España por «este magnífico dossier, por su presentación y por su aportación al Patrimonio Mundial».

FRUTO DEL ESFUERZO // A la alegría de la consecución del reto se unió toda esta serie de halagos recibidos en Baréin, lo que se tradujo en un plus de emoción que pudo percibirse, entre otros, en el director del conjunto arqueológico, Alberto Montejo, que apenas lleva un año al frente del enclave. «Ha sido un trabajo muy duro por parte de todos», señaló Montejo, que mostró su «satisfacción» ante la valoración del expediente en la asamblea.

Escudero, Montejo y Vallejo, los tres últimos directores de Medina Azahara. SÁNCHEZ MORENO

Pero no solo en Córdoba se reaccionó ante la buena noticia. El ministro de Cultura y Deportes, José Guirao, celebró la inclusión de la ciudad califal en la lista de la Unesco y señaló que es fruto «del esfuerzo y la coordinación de todas las administraciones públicas». Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, no tardó en comentar el cuarto título de patrimonio mundial de su ciudad, y destacó el nombramiento a «la ciudad califal, un lugar de encuentro entre Occidente y Oriente y ejemplo de convivencia». «Mi enhorabuena a todos los cordobeses y cordobesas», subrayó la vicepresidenta.

En Andalucía, la presidenta de la Junta, Susana Díaz, celebró la obtención del título y remarcó que supone también un reconocimiento a «que la convivencia entre culturas es posible». «¡Medina Azahara es ya Patrimonio Mundial!. La Unesco reconoce la importancia mundial de esta joya artística e histórica, testigo, además, de que la convivencia entre culturas es posible. Hoy es un gran día para Córdoba y Andalucía», dijo la presidenta en Twitter.

Y tras las felicitaciones, todos y cada uno de los que mostraron su satisfacción ante la consecución de este importante galardón, reconocieron la «responsabilidad» que supone gestionar una ciudad con cuatro títulos de Patrimonio Mundial.