La Calle del Infierno vivió ayer su día grande, una jornada de lleno total que empezó muy tranquila al mediodía y se fue animando poco a poco a medida que fueron pasando las horas. Como es habitual, el miércoles se celebró el día del descuento de las atracciones y tanto los niños como los amantes de la adrenalina de más edad tuvieron la ocasión de derrocharla a mitad de precio. La contrapartida al precio más bajo fueron las colas que se vieron en algunas de las preferidas del público. También se vieron escenas de frustración entre los más pequeños, incapaces de aceptar que la diversión es un bien finito. Los asistentes estuvieron de suerte en esta ocasión, ya que pese a transitar por una Calle del Infierno atestada de gente el calor fue soportable, en una edición ferial más templada de lo habitual.