La media anual de donantes de médula ósea que registra el Centro de Transfusión, Tejidos y Células (CTTC) de Córdoba se ha multiplicado por diez en la última década, al pasar de los 110 donantes que se contabilizaron en el año 2007 a 1.135 voluntarios durante el 2017. Desde que el Ministerio de Sanidad, a través de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), junto con los servicios de salud de Andalucía y resto de comunidades autónomas, pusieron en marcha un plan nacional para lograr, entre otros objetivos, duplicar el número de donantes de médula ósea, en Córdoba se ha contribuido con creces a ese propósito. El coordinador médico del Centro de Transfusión de Córdoba, Pedro de Torres, explica que este plan se amplió y el reto era contar en España con 400.000 donantes de médula para el 2020. Sin embargo, tres años antes, en el 2017, esa meta ya casi se había logrado. Córdoba aportó durante el 2013 un total de 797 donantes de médula nuevos al registro nacional (Redmo), cuando lo que pedía Sanidad era lograr 427 ese año. Y en los años siguientes también se han superado de forma destacada los 350 nuevos donantes de médula anuales que pedía Sanidad para Córdoba.

Así, hubo 453 nuevos inscritos en el 2014; 548 en el 2015 y la solidaridad se disparó durante el 2016 y el 2017, con 1.532 y 1.135 nuevos donantes respectivamente, por el efecto llamada a la donación del malagueño Pablo Ráez, el joven que falleció hace un año al no prosperar un segundo trasplante de médula que recibió. A día de hoy, en el registro de donantes de Córdoba hay unos 6.000 inscritos, lo que equivale a multiplicar por 50 el dato con el que se comenzó, 112 donantes en 1997.

CRITERIOS / El objetivo ahora de este plan nacional es adaptarlo a las necesidades de los pacientes que requieren de una donación de médula y por ello, aunque en el registro de donantes podrán permanecer las personas inscritas anteriormente, hasta que cumplan 60 años, desde enero del 2018 solo se está pudiendo incorporar a este censo a nuevos donantes de entre 18 y 40 años (hasta ahora era hasta los 55 años) con el objetivo de rejuvenecer y optimizar la composición del registro. La directora del Centro de Transfusión, Gema Fornés, resalta que «los donantes de médula menores de 40 años son los más solicitados y con los que se obtienen mejores resultados clínicos en los pacientes que se trasplantan. En países como el Reino Unido o Alemania también han adoptado este criterio de edad, pues mientras más joven sea el donante más tiempo podrá permanecer en el registro y más opciones tendrá de poder donar alguna vez».

Por otro lado, el tiempo medio que esperan los pacientes que necesitan un trasplante para saber que existe una médula compatible con ellos se ha reducido mucho en los últimos 20 años, pasando de 169 días de media en 1995 a un mes en la actualidad, indica Pedro de Torres. Para encontrar un donante de médula idéntico se necesitan entre 50.000 y 100.000 candidatos y hay un pequeño porcentaje de casos en el que es imposible hallarlo. El 70% de pacientes que requieren de un injerto no disponen de un familiar compatible, por eso es tan importante que exista un registro mundial de donantes.

Fornés recuerda la importancia también de seguir impulsando y manteniendo las donaciones de sangre, ya que sin ese gesto de generosidad, no podrían realizarse trasplantes como el de médula o de otro tipo. Fornés precisa que un único trasplante de médula puede requerir sangre de más de cien donantes diferentes, de ahí la necesidad de donar sangre».