El Día Internacional contra la Violencia de Género, que se celebra hoy, no pudo tener peor preámbulo. La lacra del machismo sumó ayer en la localidad castellonense de Vinaroz una nueva muerte y son ya 45 las mujeres asesinadas en España en este 2017 a manos de sus parejas o exparejas.

La víctima era una joven alemana de unos 30 años que estaba temporalmente en este municipio costero. Juan Carlos Moragues, delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, ha explicado que la principal hipótesis que manejan es que el presunto asesino, un ciudadano alemán de unos 40 años, habría llegado desde su país en las últimas horas y disparó a la que durante un año había sido su pareja desde la verja de entrada del chalet en la que esta vivía. Katharina, que así se llamaba la mujer, habría puesto punto y final a la relación hacía unos tres meses y había trasladado temporalmente su residencia hasta esta localidad costera en la que residían algunos familiares. De hecho, fueron ellos los que dieron el aviso poco después de las siete de la mañana al oír los disparos.

Cuando llegaron los servicios de emergencia poco minutos después, ya no pudieron hacer nada por la mujer, que había recibido un disparo en la cabeza. Tampoco por el asesino que, aparentemente, se quitó la vida con la misma arma con la que había disparado a su expareja. En un primer momento se pensó que la mujer asesinada podría estar embaraza pero su familia lo desmintió.

Moragues ha asegurado que no constan denuncias previas de la víctima. En este sentido algunas de las últimas campañas institucionales están dirigidas a los entornos de las potenciales víctimas instándoles a que sean ellos los que denuncien. La del Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales muestra una corona de flores con una banda que pone: «Tus amigos y vecinos sienten no haber hecho más». También la última campaña de la Generalitat Valenciana pide que las personas cercanas a las mujeres maltratadas «señalen el machismo».

DENUNCIAS «RESIDUALES» / Mónica Oltra, consellera de Igualdad, ha asegurado que las denuncias de familiares, amigos, vecinos o compañeros de trabajo son aún «muy residuales» y ha hecho un llamamiento a situarse «al lado de la víctima, y no de cómplice con el agresor y con el machismo». La también vicepresidenta, tras condenar el que ya es el sexto asesinato de una mujer a manos de su expareja en la Comunitat Valenciana (sin contar la niña de dos años degollada hace unos días en Alzira por su padre como venganza sobre la madre), ha pedido estar «absolutamente en guerra» con los agresores, que «no tienen cabida» en la sociedad. De las 45 mujeres asesinadas en este 2017, solo había nueve denuncias previas.