Encontrar un niño en Córdoba sin móvil empieza a ser complicado. La publicidad, la presión del «lo tienen todos y yo no» o el contagio de hábitos que conlleva el mundo globalizado ha acabado por normalizar que los menores puedan disponer de un teléfono, generalmente un smartphone, a edades cada vez más tempranas. Según el último estudio de la Consejería de Empleo, Empresa y Comercio de la Junta, un 79,5% de los niños cordobeses de entre 10 y 15 años disponen de un móvil. Cada vez hay más móviles y cada vez menos ordenadores. Según el mismo estudio, el 80,7% de las viviendas cuentan con acceso a internet, pero solo un 73% tienen ordenador, por lo que un porcentaje creciente de familias apuestan por navegar en la pantalla pequeña de su teléfono en lugar de invertir en la compra de una computadora.

Pero para qué usan los jóvenes internet. Según José Antonio Casas, profesor ayudante doctor en el departamento de Psicología de la Universidad de Córdoba y miembro del Laboratorio de Estudios sobre Convivencia y Prevención de la Violencia, depende mucho de la edad. «Los niños de 10 a 12 años usan el móvil para la comunicación vía Whatsapp y, en segundo lugar, para los videojuegos como Minecraft», explica, «a medida que crecen, en la etapa de 3º y 4º de la ESO, se vuelcan con los youtubers y los gamers», lo que les lleva a visualizar vídeos de todo tipo a través de internet, en su mayoría, colgados por este tipo de influencers cibernéticos. Cabe destacar que el uso del Whatsapp no es legal hasta los 16 años, según las normas de esta aplicación, si bien la mayoría de los padres lo desconocen porque nadie lee las instrucciones de uso. «Eso del ‘si lo hace todo el mundo será que no pasa nada’ es el argumento en el que se basa una gran mayoría de usuarios», señala Casas.

«Si preguntas a un chico de 13 o 14 años, el 85% dice que de mayor quiere ser youtuber o gamer como profesión porque ven en ello dinero fácil que consiguen haciendo lo que les gusta», señala Casas. Tienen como referencia figuras como El Rubius, el youtuber más popular en España, con más de 16 millones de seguidores y otros tantos detractores.

Hay estudios, según este investigador, que indican que el 10-12% de los chicos de entre 13 y 14 años utilizan ya plataformas para compra en internet como Amazon y un 5-7% realizan apuestas online, con cuentas que habitualmente los padres no conocen. A partir de los 19 años, se extiende el uso de las plataformas de citas tipo Tinder. En el ámbito de las redes sociales, de 10 a 17 años se decantan por Instagram y Snapchat, que permite colgar fotos que desaparecen al cabo de unos minutos. Es habitual que, para eludir el control de los padres, los menores creen varios perfiles en la misma red social, uno apto para todos y otro privado, según Casas. Musical.ly, de música, o This Crush, una red pensada para opinar (bien o mal) de forma anónima de sus usuarios que fomenta el ciberbullying también están muy transitadas. Entre los universitarios y profesionales, Twitter tiene muchos seguidores mientras Facebook parece ha quedado ya para los «carrozas digitales».

En cuanto al uso del Whatsapp y el móvil, Casas destaca la hiperconectividad de los adolescentes, que envían una media de 416 mensajes diarios y reciben 835, lo que les supone una dedicación diaria de 2,5 horas. La dependencia del móvil es tal que «en los institutos se dan casos de chicos que sufren ataques de ansiedad cuando se les retira el móvil hasta que lo recojan los padres y piensan que pueden pasar un fin de semana sin el teléfono».

Para los investigadores, la formación de profesores y alumnos en esta materia sería fundamental, por lo que plantean crear una asignatura en Secundaria, donde se les explique los beneficios y los riesgos de la red. También para los profesores, que a menudo desconocen las ventajas del buen uso de las tecnologías, lo que crea una distancia entre ellos y los alumnos. Y es que el hecho de que estén siempre conectados no significa que sean competentes digitalmente, ya que «la mayoría llega a la Universidad y no sabe cómo subir a una plataforma web su currículum o desconocen tareas básicas como hacer un interlineado en un documento word», señala Casas.