Había pocas dudas, pero la autopsia lo confirmó ayer: Miguel Blesa, el ex presidente de Caja Madrid, se suicidó el miércoles en la finca Puerto del Toro, en Villanueva del Rey, con un disparo en el pecho. El informe que recibió el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Peñarroya-Pueblonuevo, encargado de la causa abierta tras el hallazgo del cuerpo sin vida del banquero, es tajante: «Se ha tratado de una muerte por autolesión por arma de fuego», informó el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía después del examen practicado al cadáver en el Instituto de Medicina Legal de Córdoba. Una conclusión que vino a dar la razón a la hipótesis barajada por la Guardia Civil desde el primer momento. Y es que la herida a cañón tocante; la posición del cuerpo; el rifle de su propiedad justo al lado del cadáver y las declaraciones de quienes se encontraban en la finca cuando ocurrieron los hechos ya apuntaban a lo que ayer se confirmó: Blesa, que iba a cumplir 70 años el próximo 8 de agosto y que fue condenado por la Audiencia Nacional a seis años de cárcel por el uso de las tarjetas opacas, viajó de Madrid a Córdoba para quitarse la vida.

Una vez realizada la autopsia, que apenas duró dos horas, el cadáver fue trasladado a las 11.25 horas al tanatorio de Las Quemadas, donde se encontraban familiares y amigos del fallecido, entre ellos su mujer, Gema Gámez; y sus hermanos Manuel Luis y Ramón. Tras ser incinerados los restos en torno a las 14.00 horas, la familia abandonó el recinto a las 17.25 y trasladó las cenizas a Linares (Jaén), de donde era natural Miguel Blesa. Hoy serán depositadas en el cementerio Virgen de Linarejos, en el panteón familiar en el que están enterrados los padres del banquero. Ya por las tarde, a las 19.30 horas, se oficiará una misa funeral en la parroquia linarense de San Francisco, según confirmó el párroco José Rodríguez.

La muerte de Blesa se produjo el miércoles. Había llegado a la finca Puerto del Toro a las dos de la madrugada. Unas horas después, a las 7.30, se levantó y desayunó con Rafael Alcaide, uno de los gestores del coto de caza y amigo personal. Antes de levantarse de la mesa con la excusa de cambiar el coche de sitio para que le diera la sombra, le dijo a este que tomara nota del teléfono de su mujer «por si hace falta que la llames». Poco después se escuchó un disparo y Alcaide halló el cuerpo sin vida de Blesa junto al coche. «Esto es tan sencillo como que ha venido de Madrid a pegarse un tiro a Puerto del Toro», concluyó a las pocas horas un amigo íntimo. Los servicios sanitarios nada pudieron hacer por su vida.

El entorno familiar explicó a Europa Press que en los últimos días Blesa no se encontraba deprimido, aunque sí preocupado por el devenir de la batalla judicial que afrontaba. Las mismas fuentes apuntaron que albergaba «esperanzas» de que el Supremo atendiera su recurso en el caso de las tarjetas black.