De veladores se lleva hablando mucho tiempo. Tras la entrada en vigor de la ley antitabaco en el 2010, los hábitos cambiaron y las terrazas ganaron protagonismo. Durante aquel mandato ya hubo reuniones de los colectivos afectados con Urbanismo, pero esos encuentros se intensificaron en el mandato anterior, donde hosteleros y vecinos empezaron pidiendo una modificación de la ordenanza del 2008, que veía innecesaria el organismo municipal, por lo que se decantaron por exigir mayor control. Los veladores se habían multiplicado en la vía pública repercutiendo negativamente en la accesibilidad y provocando quejas vecinales. En todo este tiempo, ha sido especialmente beligerante la federación Al--Zahara, que en diciembre del 2014 amenazó con llevar el tema a la Fiscalía, ya que consideraba que se estaba produciendo una ocupación ilegal de la vía pública y que eran insuficientes las medidas de Urbanismo. Hostecor, por su parte, pidió que se extendiera el control a peñas y colectivos.

Campaña de Urbanismo,a final del 2014

Paralelamente, Urbanismo iniciaba en octubre una campaña de vigilancia, con visitas de agentes de la Policía Local a los veladores, que en dos fines de semana detectaron incumplimientos en el 60% de los 80 establecimientos visitados hasta entonces. La mitad de las inspecciones acabaron en boletines de denuncia por carecer de licencia para instalar veladores, no tener el croquis obligatorio y no acreditar que poseen el permiso para instalar toldos, mesas y sillas en la vía pública.

La Flor del Olivo, laprimera con mapa

Para antes de las municipales, once zonas tenían ya diseñados sus mapas, que limitan a 1.346 el número de veladores, entre ellas la Flor del Olivo, que fue la primera. Urbanismo había avanzado la ordenación de la mayoría en una reunión en abril. Como resultado de aquella actuación, la zona con más veladores permitidos es María la Judía, con 280. En esta calle, el mapa establece un pasillo libre en la acera, colocando los veladores pegados a la fachada y en los espacios privados de uso público, y permite usar el acerado de enfrente, tomando antes medidas de tráfico. Entre la zona norte y sur de la Flor del Olivo, se permiten 254 veladores ordenadamente distribuidos a un lado y otro de la plaza. El mapa contempla 222 veladores en La Corredera, repartidos también en líneas y a 4 o 5 metros de los soportales. En la plaza de Matías Prats, en el Zoco, dividida en tres zonas, hay cabida para 220 mesas con un máximo de 20 veladores por establecimiento. En Romero de Torres (Potro), el mapa autoriza 98 veladores, a los que se suman 23 en la Ribera. Allí se ha colocado un elemento táctil de advertencia en el suelo para garantizar la accesibilidad de los invidentes. Cerca de la avenida de Barcelona, la plaza de La Oca, puede tener 75 veladores, que bajan a 67 en la calle La Plata. En la zona terriza del jardín de las Islas, en Arroyo del Moro, se permiten 57 mesas, mientras que en San Miguel, 40; en San Nicolás--San Felipe, 22 ; y en la plaza de Santa Catalina, en el entorno de la Mezquita, 12. Hasta ahora, y según la información de la mesa ayer, hay 17 zonas ordenadas con mapas.

¿Cuáles han sido lasdemandas hasta ahora?

En todo este tiempo, Al--Zahara ha reclamado inspecciones para que los mapas diseñados y los planos obligatorios en las fachadas sirvan para algo. Incluso llegó a plantear que no se renueve el permiso de veladores a los incumplidores. En este sentido, es más partidaria de retirar veladores y no renovarles la licencia, que de multar. No obstante, su gran caballo de batalla son los elementos perennes en la vía pública y los toldos con cierres laterales. Otra de sus ideas es cobrar la tasa de veladores por horas para que no se privatice el espacio público. La anterior directiva de Hostecor, por su parte, incidía en adoptar soluciones que permitan proteger los veladores de las inclemencias del tiempo, con un tipo de toldo o parasol que sí esté permitido, ya que la mayoría de los que pueblan la ciudad no lo están. Otro tema que le interesaba es autorizar la ocupación de plazas de aparcamiento con veladores. Córdoba Apetece, por su parte, quería que se llevase a la práctica el manual consensuado, que recopila medidas básicas que hay que cumplir.