Si Mariano Rajoy vino ayer a Córdoba a recuperar fuerzas el día después de ceder paso en la investidura bien que lo consiguió. De entrada, en el acto que le montó el partido para, a modo de mitin, darse un baño de selfies , besos y gritos de "¡presidente, presidente!". Y después, en su periplo gastronómico. La primera parada fue en el Mercado Victoria. Allí degustó productos típicos de la tierra: salmorejo, ibéricos de Los Pedroches, queso de Zuheros, vino de Montilla... "Menos mal que ahora me voy andando para Madrid", bromeó con uno de los camareros que le sirvieron. La verdad es que, entre fotos y más fotos, y siempre con una amplia sonrisa, a Rajoy se le vio disfrutar. Así se lo comentó al gerente del Mercado, Paco Mulero. "Todo estupendo", le dijo acompañado, entre otros, de la ministra Fátima Báñez; el presidente del PP- A, Juanma Moreno, o el presidente del PP cordobés, José Antonio Nieto. Con ellos compartió sabrosa degustación y animada charla bajo un caluroso sol que le hizo cambiar de asiento para buscar la sombra. Eso antes de poner broche, según fuentes cercanas, con una comida en El Churrasco. ¿Se iría al final andando?