El expresidente uruguayo José Mujica instó a "vivir la vida ligero de equipaje" y a usar la política como herramienta de cambio y desarrollo social y humano, pese al descrédito que vive hoy en día, frente a la cultura del mercado y el consumismo, durante la conferencia inaugural del Congreso del Bienestar, que bajo el concepto de Conocimiento y Sabiduría ha organizado la Cadena Ser en Córdoba. La admiración envuelta en emoción se palpó ayer entre el público, que llenó el Teatro Góngora, concitando a dirigentes y autoridades de todas las tendencias para escuchar a este héroe de la política, que volvió a dar una clase de humildad con el humor y la ironía que le caracteriza, invitando a reflexionar sobre nosotros mismos, a pensar en el amor y desechar el odio, elevando la vida como el valor más importante del ser humano.

Para llegar a esta conclusión, Mujica apeló a pensadores como Séneca o Aristóteles, porque "vamos siempre al pasado a buscar la herramienta que nos ayude a tener respuestas para el mañana". El exmandatario insistió en que la política es "una parte esencial del ser humano" que se ha sustituido por la cultura del mercado, "que necesita imperiosamente que seamos consumidores", y a la que no importa ni la gente ni la felicidad, sino vender y comprar. "La lucha debe dirigirse al idiotismo de confundir felicidad con comprar", instando a "vivir con lo necesario" y a aferrarse a "las cosas hermosas de la vida", destacando como una de ellas la libertad, que no es otra cosa que "tener tiempo para gastarlo en lo que nos gratifica y dedicarlo a mejorar la vida de los seres humanos", olvidando el exceso de trabajo, que es lo que aporta todo lo material.

SENTARSE A PENSAR También pidió "sentarse a pensar y a analizar", para evitar que nos arrastren las circunstancias que nos rodean, y así descubrir "que puedes viajar en un coche antiguo porque un viejo de ochenta años con un coche moderno es un peligro y, además, no precisa más". En su defensa de la política y la necesidad de los partidos, señaló que "una sociedad necesita creer en algo, y la democracia se enferma cuando la gente no cree en la política y en los políticos". "Pienso que la política sigue siendo esencial" ya que la cultura del mercado "no puede arreglar ciertos problemas, como la distribución de la riqueza. Solo la política puede mitigar esta situación", dijo. "Los partidos tienen defectos, pero es la enfermedad de nuestra propia sociedad", lo que no significa que debamos quedarnos "con los brazos cruzados", alentando a que "si no nos gusta un partido, creemos otro".

"Hay que dignificar la vida de los partidos, el papel de la política, el valor de la construcción colectiva en nuestra sociedad, porque, por ahora, es la única herramienta para luchar por el progreso humano", insistió Mujica. "La gente necesita creer en algo, confianza, fe, y hay que construir esa confianza con hechos, con conductas".

UN PARAISO POSIBLE Gran parte de su discurso se basó en la defensa de la vida "como el mayor bien que tenemos". "Estar vivo es un milagro", por eso hay que volcar "nuestro proceder a favor de defenderla y reafirmarla", algo que depende de nosotros mismos, subrayó. "Estamos de paso y tenemos la oportunidad de ser, porque tenemos toda una eternidad para no ser", asegurando que "el paraíso y el infierno están aquí, y aquí hay que pelear" porque "hay un paraíso posible dentro de nosotros". Mujica también se refirió a la enseñanza que recibimos, que "no se preocupa" de los valores. "No hay un estudiante que salga con capacidad de introspección, poniéndose un juez dentro", subrayó, recordando que "nosotros queríamos cambiar el mundo, pero cometimos el error de no empezar peleando por cambiar nosotros" y las próximas generaciones "no deberían cometer ese error". "La vida es hermosa, no hay que ofenderla, y esto no significa despreocuparse del desarrollo, sino que no podemos conformarnos con este desastre", ya que ninguna felicidad será posible "sin enseñanza efectiva que nos eleve", pero para ello también es necesaria la política, sentenció.

Mujica se mostró inmune a los halagos, definiéndose a sí mismo como "un viejo abollado que dice disparates" y no "un fenómeno". Junto al expresidente uruguayo, sobre el escenario estaban la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz; la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio; el director general de la Cadena SER, Vicente Jiménez, y los rectores de la Universidad de Córdoba, José Carlos Gómez Villamandos, y de la Loyola Andalucía, Gabriel Pérez Alcalá.

Todos ellos agradecieron la celebración en Córdoba y su implicación en este congreso, mientras Mujica dio las gracias por ser invitado a este encuentro --que finalizó su jornada de ayer con el diálogo entre el periodista Juan Cruz y Theodre Zeldin sobre el desorden del mundo--, y porque la vida "me ha dado tiempo para conocer la Alhambra y esa joya que tenéis en esta ciudad, de la que están discutiendo el nombre, pero que los ciudadanos llaman Mezquita".