La situación económica ha repercutido en la venta de VPO, agravada por la pérdida de ayudas y la bajada de precios de los pisos de segunda mano. Las dificultades empezaron tras el último sorteo del 2009, en el que hubo 13.425 familias interesadas en comprar 251 VPO en el Parque Figueroa y Mirabueno y 2.246 en alquilar 83. En el 2011, tanto Vimcorsa como promotores privados ya tiraban de listado una y otra vez para hallar propietarios para sus pisos, ya que los interesados, por más empeño que ponían, o se habían quedado parados o no lograban financiación. La presidenta de Vimcorsa, Alba Doblas (IU), explica que, si antes, y después de que culminaran los sorteos, para adjudicar una VPO se llamaba a la persona con más puntuación dentro del listado de demandantes y había dos más de reserva por si la rechazaba, con la crisis se han tenido 18 suplentes por piso, lo que da idea del alto índice de renuncia. Así, por ejemplo, una promoción de 60 VPO se puede ofrecer a más de 1.100 personas y sin garantías de compra. El principal motivo de rechazo es, según Doblas, que los bancos no dan la hipoteca.
Aunque es consciente de que la venta de VPO es la principal fuente de ingresos de Vimcorsa, Doblas no es partidaria de la "política del ladrillo" y censura al PP que "lo primero que hizo al llegar a Vimcorsa fue cambiar a régimen de venta el número de viviendas que tenía previsto para dar en alquiler cuando había más demanda de alquiler que de compra". Su idea es "potenciar el alquiler y la rehabilitación frente a la construcción y la venta porque suponen poner en valor toda esa urbanización consolidada que ya existe".