Estudiante de Medicina en Valencia, a sus 23 años, su propia vocación profesional le hace buena conocedora de la necesidad que que el sistema sanitario cuente con suficientes reservas. Recientemente donó en el CRTS aunque no es una experiencia nueva para ella porque "una vez, en Valencia, ví el camión y.. entré. ¡Si no te cuesta ni diez minutos!", dice recondando su primera donación, un gesto que tampoco fue fruto del impulso, pues había madurado desde hacía tiempo su decisión. Es precisamente el tipo de joven que se busca para renovar la cada año más envejecida población de donantes habituales. De la misma manera, María ya tiene decidido hacerse donante de médula y de órganos. "Lo tengo pensado y lo haré", afirma.

Una curiosidad: está íntimamente orgullosa de su grupo sanguíneo, el O+, que no es compatible con los grupos negativos, pero que es útil para todos los positivos.