"Tras 12 avisos fallidos llegó por fin un riñón para mí y me trasplantaron el 15 de octubre del 2013", señala Angel Aguilera, de 72 años. "La creatinina me había subido mucho, aunque realmente yo no notaba nada, y tuve que empezar a dializarme, lo que hacía en mi propia casa. Después de la operación me encuentro bien, aunque tengo que tomar mucha medicación antirrechazo", apunta.