"Todavía no podemos entender lo que pasó". Con estas palabras, el presidente de Lufthansa --matriz de la aerolínea de bajo coste Germanwings--, Carsten Spohr, mostró su total desconcierto por un accidente del que se sabe muy poco y que no tiene precedentes en la historia de la compañía. Spohr viajó a Barcelona acompañado del presidente de Germanwings, Thomas Winkelman. Juntos ofrecieron una rueda de prensa en El Prat, visitaron a las familias en Castelldefels y anunciaron el flete de un avión hoy a Marsella para acercar a los allegados de las víctimas al lugar de la tragedia. Spohr se mostró confiado en que las causas del accidente puedan saberse "muy pronto", una vez se pueda analizar el contenido de la caja negra hallada, y pueda localizarse "pronto" la segunda. Este alto responsable desvinculó el accidente con el retraso de 30 minutos con el que salió el aparato de Barcelona, que se debió, a la "congestión aérea". También explicó que el Airbus A320 estaba en "perfectas" condiciones técnicas.